Crece identificación de panistas con EPN

Después de ocho meses como Presidente de la República, la aprobación de Enrique Peña Nieto se mantiene en 55%.

Así, aunque en la actualidad la ciudadanía cuenta con mayor información para evaluar su gestión, esto no se ha traducido en movimientos en su aprobación. A pesar de esta aparente estabilidad, la encuesta realizada por EL UNIVERSAL/Buendía&Laredo del 8 al 13 de agosto encuentra cambios importantes en opiniones de grupos poblacionales.

La aprobación de Enrique Peña Nieto se mantiene en 55%, con 34% que dice reprobar su gestión. Al comparar por identificación partidista se encuentran los siguientes datos: 81% de los priístas aprueba al mandatario mexiquense, lo cual representa una caída de cuatro puntos respecto al mes de mayo y de seis puntos respecto a febrero. 

Aceptación panista

Por su parte, los panistas muestran una mayor aprobación hacia Peña Nieto. A inicios de año, únicamente 37% de los partidarios del blanquiazul aprobaban el trabajo de Enrique Peña Nieto; sin embargo, en la presente medición este dato aumenta a 53%. Habrá que esperar para corroborar si este dato es una tendencia ascendente para el Presidente entre los panistas o un dato coyuntural por temas como la reforma energética.

En lo que refiere a los perredistas, quienes en febrero aprobaban a Peña Nieto en una proporción similar que los panistas (35%), se observa una tendencia contraria. Mientras que en mayo la aprobación cayó tres puntos, para el mes actual se observa una disminución de 12 puntos.

Con el paso del tiempo, la ciudadanía cuenta con mayor información para emitir una opinión respecto al trabajo del primer mandatario, lo cual se evidencia con el crecimiento de las menciones positivas y negativas respecto a las acciones del actual gobierno.

Como se puede observar, más de la mitad de la población encuestada (55%) recuerda de forma espontánea alguna acción positiva del gobierno y 49% menciona una acción negativa. 

Las expectativas

Otro tema relevante es el cumplimiento de expectativas del presidente Enrique Peña Nieto. Aquí, de nueva cuenta, observamos estabilidad con un ligero crecimiento del porcentaje de personas que dicen que hasta el momento EPN ha hecho “menos de lo que esperaba”.

Por su parte, el porcentaje de personas que han visto sus expectativas superadas disminuyó tres puntos. Por identificación partidista, resalta que el grupo entre el cual aumentó en mayor medida la respuesta “ha hecho menos de lo que esperaba” es el de los priístas (+12).

Al preguntar por el optimismo/pesimismo respecto al futuro del país, de nueva cuenta encontramos datos similares a la medición de mayo (tanto el optimismo como el pesimismo aumentaron dos puntos).

En lo que se refiere al rumbo del país, la diferencia entre buen y mal camino se redujo a cuatro puntos porcentuales; en las dos mediciones previas ésta fue de 11 y 12 puntos porcentuales respectivamente.

Mientras 38% declaró que el país va por buen/muy buen camino, 34% observa que la nación va por mal camino y 27% dice que el rumbo del país no es bueno ni malo.

Finalmente, la opinión que se tiene del actual Presidente (no de su gestión), muestra un 49% de opiniones positivas frente a 27% de opiniones negativas, para un balance de opinión de +22 puntos. Dicho dato es ligeramente superior a la encuesta del mes de mayo, en la cual el balance fue de +16. Por identificación partidista se aprecia la misma tendencia que en la aprobación; hay una mejoría en su imagen entre los panistas (+17) y un deterioro entre los perredistas (-6) y priístas (-7). 

Acciones reconocidas

En síntesis, las reformas impulsadas por el gobierno actual y las acciones que empiezan a ser reconocidas por la ciudadanía (tanto positivas como negativas), no han tenido impacto en el nivel general de aprobación mostrado en la encuesta.

No obstante, el panismo comienza a ver mejor al mandatario priísta (por coyuntura o como tendencia), mientras que entre los entrevistados de filiación perredista el presidente Peña Nieto empieza a perder adeptos.

De esta forma, parece que se está configurando el ambiente político con los priístas como base de apoyo natural a EPN, los perredistas como base de oposición y los panistas como actores críticos institucionales. En este sentido, será importante no perder de vista la evolución de los independientes, el grupo más amplio de la ciudadanía.

El Universal, 27 de agosto.