Desde la Cámara hasta el hipódromo

'Estoy despierto desde las tres de la mañana, pero me siento a toda madre. Instalamos esta sesión '¡a huevo!'".

El presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo, supervisa los trabajos con que el salón Valparaíso del Centro Banamex, localizado a unos pasos del Hipódromo de las Américas, es habilitado como recinto parlamentario para los trabajos en los que los diputados discutirán las leyes secundarias que darán cuerpo a la reforma educativa.

Fuentes parlamentarias habían dado fe de que el diputado Arroyo telefoneó a autoridades del Gobierno del Distrito Federal, justamente a las 3 de la mañana, para pedir el necesario resguardo del Palacio Legislativo de San Lázaro de cara a la instalación del periodo extraordinario de sesiones.

La información refiere que el legislador guanajuatense recibió una respuesta lacónica: 'Nosotros no nos vamos a aventar ese boleto'.

Pero el S.O.S. del presidente de la Cámara baja resultó infructuoso: cientos de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se empezaban a concentrar en los alrededores del Palacio Legislativo. Para cuando asomaban los primeros rayos del sol, ya había varios miles de docentes y el horizonte del periodo extraordinario de sesiones se ensombrecía.

A las 8 de la mañana, los diputados sopesaban la posibilidad de sesionar en una sede alterna. A esa hora, también se insinuaba una señal con la que se pretendía atemperar los ánimos de los maestros: retirar del orden del día al dictamen alusivo a la Ley del Servicio Profesional Docente, el capítulo que más cuestiona la Coordinadora.

Visto el cerco a San Lázaro, el jefe de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones, aceptó posponer el debate del polémico dictamen. Luego se supo que diputado Arroyo también había retirado de la gaceta parlamentaria el mismo dictamen.

Al mediodía, unos 5 mil maestros disidentes reforzaban el cerco a la Cámara de Diputados, sin que ningún elemento del orden público fuese visible.

Adentro, cientos de agentes de la Policía Federal miraban impasibles a los docentes, muchos de los cuales dormitaban.

Para entonces, los coordinadores parlamentarios del PRI, el PAN y el PRD se encerraban en un hotel para dialogar con líderes de la Coordinadora, pero el acercamiento resultó estéril, pues los maestros se levantaron de la mesa tres horas después para, dijeron, comunicar a sus bases el planteamiento de retirar el dictamen del servicio profesional docente.

Congregados en el Hotel Camino Real del Aeropuerto, los diputados del PAN se manifestaban indignados con las autoridades de los Gobiernos capitalino y federal por no haber impedido la irrupción de los maestros en San Lázaro.

"Esta situación no había pasado en México jamás, y es responsabilidad del presidente de la Cámara, del Secretario de Gobernación y del propio Jefe de Gobierno", se quejaba el diputado Fernando Rodríguez Doval.

"¡Jamás, en los 12 años de gobiernos panistas dejó de sesionar la Cámara de Diputados!", reprochó.

 
RECIBEN CLASES
 
Paradojas de la vida: desplazados de su casa por los maestros, los diputados fueron recibidos en el Centro Banamex con lecciones para poder manejar un aparatito -una especie de control remoto- para poder votar.

"Opriman 1A para votar a favor. Opriman 2B para votar en contra. Opriman 3C para votar abstención. Opriman 5E para registrar su asistencia", les explicaba a los parlamentarios desde el atril una empleada de la mesa directiva.

Sonriente, miraba la escena el diputado perredista José Ángel Ávila, hasta hace unos cuantos meses secretario general de Gobierno capitalino con Marcelo Ebrard.

"Muchos diputados se quejan de que el Gobierno de la Ciudad no detuvo a los maestros", se le cuestionó.

"No quiero meterme en eso, pero, ciertamente, el resguardo del perímetro exterior siempre es a solicitud de la Cámara de Diputados, de la presidencia de la Mesa Directiva, y eso es lo que no nos han explicado y debemos saber", respondió.

A juicio del diputado Ávila, la capacidad de la Policía del DF "es tan amplia" como para poder haber contenido a los miles de maestros de la Coordinadora.

Luego de echar una rápida mirada por el salón Valparaíso, el presidente de la Cámara recibió un reporte de elementos de la Policía Federal: "Todo está en orden...Usted no se preocupe".

Y los diputados se disponían a sesionar en una sede alterna.

"¡Esto es una ofensa! Los maestros de la Coordinadora cometieron un craso error. Estábamos dispuestos a escuchar sus propuestas en el pleno. ¡Esto es una ofensa!", remató molesto el priista Heriberto Galindo Quiñones.

Mayolo López, Reforma, 22 de agosto.

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