LA HABANA (Reuters).— Miles de cubanos salieron ayer a las calles con prendas y accesorios amarillos respondiendo a una campaña auspiciada por el gobierno para reclamar la liberación de cuatro agentes de inteligencia presos desde hace 15 años en Estados Unidos, un caso que sigue frenando la aproximación entre los enemigos de la Guerra Fría.
En el aniversario de la detención de sus agentes en Miami, Cuba apeló al simbolismo del lazo amarillo, usado en Estados Unidos para mantener viva la memoria de los rehenes.
La campaña fue promovida por René González, uno de los agentes de la llamada “Red Avispa”, quien fue liberado en el 2011 tras 13 años en una prisión estadounidense. “Hace hoy 15 años, el 12 de septiembre de 1998, que la brutalidad de cinco arrestos simultáneos irrumpió en nuestros hogares para dar comienzo a uno de los capítulos más bochornosos de la historia legal norteamericana”, dijeron los agentes en un mensaje divulgado por la prensa local.
Conocidos en la isla como los “Cinco Héroes”, los agentes cubanos fueron acusados de espionaje y condenados a penas de entre 15 años de prisión y cadena perpetua.
Cuba asegura que los agentes no espiaban a Estados Unidos.
Su misión, dice, era infiltrar grupos de exiliados cubanos que planeaban acciones violentas contra la isla. Las autoridades cubanas consideran su liberación como una de las condiciones para mejorar sus relaciones con Estados Unidos, su enemigo ideológico desde poco después de la revolución de Fidel Castro en 1959. Funcionarios cubanos sugirieron en el pasado a Washington discutir un posible canje entre sus agentes y el contratista estadounidense Alan Gross, quien cumple en Cuba una condena de 15 años de prisión por delitos contra la seguridad del Estado. Washington ha rechazado categóricamente esa opción.
La campaña tuvo una fuerte acogida en la isla. Desde temprano, por ejemplo en La Habana, muchas personas caminaban por las principales avenidas de la ciudad con lazos, brazaletes, camisetas e incluso con arreglos florales amarillos. Hasta los policías de tránsito exhibían detalles amarillos en sus uniformes.
“Llevaré esta pulsera hasta que Gerardo, Fernando, Antonio y Ramón regresen a Cuba”, dijo Mercedes Quintana, empleada de una cafetería en el céntrico barrio del Vedado, citando de memoria los nombres de los cuatro agentes aún presos.
Los rostros de los “Cinco Héroes” están por todas partes en la isla de gobierno comunista: carteles en escuelas y oficinas públicas, pancartas en las calles y placas en las recepciones de los hoteles de lujo del balneario de Varadero.
El nuevo aire de la campaña a favor de la libertad de los agentes es protagonizada por González, liberado en octubre del 2011 y autorizado este año a quedarse en Cuba tras renunciar a su ciudadanía estadounidense. El ex agente, quien participó en la noche del miércoles junto al presidente Raúl Castro en un homenaje a sus compañeros, pidió a los cubanos desencadenar “un terremoto de amor” que llegue a los estadounidenses.
“Quiero que el 12 de septiembre el país se llene de cintas amarillas”, había dicho a la televisión estatal.
El Universal, 13 de septiembre.
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