Las peripecias de los senadores

La mañana despunta y la perspectiva se asemeja a las horas que siguen al desfile militar del 16 de septiembre: cientos de personas deambulan sobre Paseo de la Reforma.

Pero los que en el tercer día del mes patrio, apurados, caminan sobre esa arteria, rumiando su impotencia, exasperados por la perturbación de su rutina, atrapados en los daños colaterales de la enésima marcha de la CNTE.

Los carriles de Reforma son asaltados por cientos de peatones y decenas de ciclistas que miran con azoro las enormes vallas que la Policía Federal ha instalado frente a hoteles, bancos y la sede del Senado para procurar su resguardo.

Los legisladores tampoco escapan a las circunstancias: la panista Laura Rojas pedaleó para asegurar su presencia en la primera sesión ordinaria. El perredista Isidro Pedraza de plano durmió en un hotel para despertar cerca del Senado y evitar complicaciones. Su correligionaria Luz María Beristain se trepó a una motocicleta de la Policía.

El grueso de los 128 senadores que anoche votó la Ley General del Servicio Profesional Docente puede sortear bloqueos y retenes y llegar sin contratiempos a la sede parlamentaria.

Emilio Gamboa, el jefe de la bancada priista, y el cenecista Gerardo Sánchez miran sorprendidos al senador Carlos Romero Deschamps.

"¿Y cómo le hiciste para entrar?", indaga el yucateco Gamboa Patrón.

"Los que somos del pueblo podemos caminar entre el pueblo", responde orondo el líder del sindicato petrolero.

Lo dicho: Genio y figura hasta la sepultura.

'SEGURO NOS AGARRAN A PALOS'
 
 
Paralela a Reforma, la Calle Madrid, que da acceso al estacionamiento del Senado, parece un cuartel de la Policía Federal.

Cientos de elementos con escudos y toletes toman posiciones frente a la sede legislativa. Hay camionetas y motocicletas por todos lados.

"Las autoridades hicieron bien su trabajo, aunque hay una verdadera afectación en toda la zona. Pero es preferible que esta afectación cuente con seguridad, a que no la tenga", comenta el senador priista Omar Fayad, al descender de su automóvil.

En medio de tanto ajetreo, se cuela la Banda Juvenil de la Casa de Cultura de Apaseo El Alto, Guanajuato, para amenizar la exposición "Mujer a través del arte en el Senado", cuya anfitriona es la perredista Luz María Beristain.

"Ahorita regreso. Voy a pasar lista y regreso", avisa la parlamentaria yucateca al grupo de pintoras del colectivo Mentes Maestras.

Los músicos de la Banda Juvenil interpretan piezas populares mientras meseros ofrecen el acostumbrado vino de honor. La venta de las pinturas ayudará al sostenimiento de la asociación Yolia A. C. Niños de la Calle.

En ese ambiente, el senador panista Javier Lozano avisa de la agresión que sufrió el secretario técnico de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara alta, Javier Morales, a manos de los profesores.

"Bastó con ver que Javier Morales viene de traje y rumbo al Senado para que estos violentos lo tiraran al piso", denuncia en su cuenta de Twitter el ex Secretario del Trabajo.

Fiel a su estilo, el poblano había advertido que si los maestros de la Coordinadora identificaban a los senadores en la calle, "seguro nos agarran a palos".

Mayolo López y Claudia Guerrero, Reforma, 4 de septiembre.

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