Migrantes reclaman fin de deportaciones


WASHINGTON.— A gritos unos. Con el puño en todo lo alto los otros. Con lágrimas, algunos. Desesperados por la falta de acciones en el Congreso y ante la lasitud del presidente estadounidense Barack Obama frente al drama de las deportaciones, un grupo de inmigrantes se esposó ayer a la verja principal de la Casa Blanca para demandar un alto a las redadas y a las expulsiones de quienes terminan en zonas de alta peligrosidad.
El acto de estos siete inmigrantes rivalizó ayer en dramatismo con las palabras de Obama. “El problema es que ahora mismo esta ciudad, Washington, está cerrada (a la negociación) y por ello no estamos viendo el progreso que debería haber en estos temas... Migración es el más claro ejemplo (de esta parálisis)”, aseguró Obama.
Las palabras del presidente en un evento con empresarios no convencieron, sin embargo, a los manifestantes que se hicieron arrestar ayer frente a la Casa Blanca.
“Si el presidente no pone un alto a las deportaciones, nosotros comenzaremos a parar los autobuses de ICE (la Oficina de Inmigración y Aduanas)”, advirtió Benjamin Itehua, un joven inmigrante del estado de Veracruz. “Qué le voy a hacer. Me siento dividido por el drama que se vive en mi tierra con las inundaciones y por el drama de las familias que nos hemos visto obligados a emigrar y que hoy seguimos viviendo con temor a ser detenidos y deportados todos los días”, asegura este joven que enfrenta un proceso de deportación.
“Cuando Obama tuvo necesidad de la comunidad hispana, porque estaba en campaña electoral, anunció las acciones diferidas (para beneficiar a los hijos de indocumentados que podrán permanecer en el país por un plazo de dos años)”, señaló Itehua. “Pero ahora no quiere actuar ante una situación que sigue dañando a miles de familias. Más de mil 100 personas son deportadas al día. Esta situación es insostenible”, resumió mientras coreaba y se solidarizaba desde la distancia con los compañeros arrestados por la policía por atarse a las rejas principales de la Casa Blanca.
Entre el grupo de arrestados estaba María Guadalupe Crespo, una mujer de 53 años, que entre lágrimas aseguró que después de ser separada de su hijo se sumó a la causa contra la separación de familias.
La acción forma parte de una serie de medidas de presión al Congreso, ante las evidencias que apuntan a un nuevo aplazamiento en el proyecto de reforma migratoria que podría trasladarse hasta 2014 o incluso 2015. Apenas el 12 de septiembre, un grupo de más de 100 mujeres se hicieron arrestar a las afueras del Capitolio para exigir el debate de la reforma migratoria y el fin de las deportaciones.
Cada día, cientos de indocumentados que son repatriados a México enfrentan una serie de peligros. En algunos casos son deportados con nocturnidad y a muchos no se les devuelven sus documentos o pertenencias como carteras y teléfonos, según denuncias de instituciones como la Universidad de Arizona.
Joy Olson, directora ejecutiva de la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA),consideró que el Presidente Enrique Peña Nieto y el vicepresidente estadounidense Joe Biden, quien está previsto llegue a México este jueves, deberían aprovechar para tratar este asunto y “evitar esta tragedia binacional”.
Según WOLA, las autoridades de EU están deportando con más frecuencia a las ciudades más peligrosas. “A medida que la violencia bajó en Baja California, los deportados bajaron; a medida que los homicidios incrementaron en Tamaulipas, las deportaciones a ese estado se quintuplicaron de 25 mil 376 en 2006 a 122 mil 36 en 2012. Solamente este año la ciudad de Matamoros (con sólo un albergue de migrantes) ha recibido 25 mil deportados”, dice.
Jaime Hernández corresponsal, EL Universal, 19 de septiembre.

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