Cierra Cuba cines ilegales

LA HABANA.- El Gobierno cubano dio la orden de cerrar los cines ilegales, según se dio a conocer ayer una nota oficial difundida en todos los medios isleños.

El comunicado confirma también la decisión gubernamental, adelantada hace un mes por el diario Granma de hacer ilegal a particulares que venden productos importados por las mulas.

"La exhibición cinematográfica en las salas de 3D y los juegos computacionales cesarán de inmediato en cualquier tipo de actividad por cuenta propia", subraya el comunicado y agrega que esta actividad nunca fue autorizada.

El Gobierno de Raúl Castro inició a mediados de 2010 una actualización del modelo económico cubano con la autorización de 181 categorías de trabajo por cuenta propia, que incluía desde elaboradores de alimentos hasta jardineros, manicuristas, masajistas o taxistas.

Sin embargo, ocho días atrás, la viceministra primera de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, explicó al periódico Juventud Rebelde que en Cuba la autorización no se extendió a cuentapropistas para la proyección de películas, sean en 3D o en cualquier otro formato.

"Se les está ratificando la ilegalidad de la comercialización minorista de artículos importados o la reventa de los adquiridos en la red comercial estatal", destaca el comunicado.

Los propietarios de cines privados y salas de videojuegos 3D comenzaron a sentir la presión del cierre automático, sin tiempo de recuperar la inversión.

Tal fue el caso del cine Extreme 3D, ubicado en la capital cubana, el cual tenía programado abrir ayer, con la fecha del cerrojazo oficial.

El sector privado es parte del salvavidas con el que cuenta el Gobierno para sostener el socialismo cubano.

Actualmente lo integran más de 442 mil pequeños empresarios y empleados, según cifras oficiales.

"Económicamente nos afecta bastante. Esto era un alivio para la familia'' expresó Orlando Suárez, dueño del cine 3D San Rafael, en una calle céntrica de la capital.

"Es una falta de respeto, ¿qué vamos a hacer ahora? Ahora lo que nos queda es ir a la discoteca, no hay más nada", expresó
Lionny González, de 15 años, estudiante de secundaria.

Familias, parejas, grupos de amigos, niños y adolescentes eran clientes habituales de fin de semana de estos locales climatizados y modernos.

Dichas instalaciones estaban ubicadas en los propios hogares, dentro de salas con capacidad para más de 20 personas.

Con información de agencias

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 3 de noviembre.