El marasmo de la economía venezolana

El petróleo sigue fluyendo como la polarización política y la escasez, al igual que cierta irracionalidad en la política económica, no encuentra freno. Así se encamina Venezuela, bajo el mando de su presidente, Nicolás Maduro, hacia un 2014 que se vislumbra mucho más difícil que, el ya de por si dificultoso, 2013.
Las últimas medidas del gobierno lejos de alterar el ritmo de lo que fue el chavismo a lo largo de los últimos tres lustros, buscaron profundizarlo en su matriz socialista, aún cuando los números más fiables de su economía hayan obligado ya a encender todas las alarmas.
La inflación volvió a dispararse este año, pero ahora a límites no estimados ni por las analistas que miraban el futuro con mayor optimismo. Según el Banco Central, hasta el tercer trimestre, el índice de precios trepó un 49.4 %, muy por encima de las estimaciones oficiales a comienzos del 2013 que no superaban el 16 %. “Esos son los números del Central pero el nivel de inflación según algunos estudios privados puede ser incluso de 62 por ciento”, explica el economista Francisco Fracedo, a EL UNIVERSAL.
Pero si la inflación se carcome los ingresos de la población, la escasez viene haciendo estragos. Para tratar de encontrar harina de maíz o de trigo, aceite, mantequilla, leche y otros productos de la canasta esencial “por lo menos hay que una investigación de paradero”, sostiene el ex director del Banco Central, José Guerra, para quien la escasez es el principal problema que enfrenta el gobierno “y se agravará a lo largo del 2014”.
Venezuela importa cada vez más alimentos. Desde la leche que le llega de Argentina, hasta las caraotas (frijoles) que adquiere en Brasil para tratar de cubrir la demanda interna, pasando por el 75% del consumo total de carnes que llega de países como Uruguay o Colombia. Para ello destina el 34 % de sus ingresos por la exportación de crudo, su principal fuente de ingresos que este ano presentó signos de debilitamiento.
La producción de PDVSA, la petrolera estatal, aparece estancada en 2.8 a 3 millones de barriles diarios, de los cuales 490 mil no son retribuidos en dinero. El acuerdo con China, basado en préstamos monetarios en años anteriores, se salda con 300 mil barriles diarios, otros 190 mil van a parar a Petrocaribe cada día y 90 mil a Cuba, para cumplir con los acuerdos firmados en su momento por el fallecido presidente Hugo Chávez.
Pero los problemas económicas no terminan allí y no parecen encontrar solución en el reciente paquete de medidas adoptado por Maduro para “profundizar el socialismo”, como la intervención en empresas, el ferreo control de cambios que disparó la brecha entre el dólar oficial (6.4 bolívares) y el del mercado negro (que el jueves se cotizaba a 59 bolívares) y en comercios o la fijación de precios de los electrodomésticos a los autos.
Todo en un año en el que el PIB sólo muestra un crecimiento del 1.1% contra el 6 que el gobierno esperaba para este año. El paisaje ideal de lo que los economistas conocen como “estanflación” (estancamiento económico con inflación). El excesivo gasto público, es financiado con reservas monetarias del banco Central, según Guerra y la propia directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien días pasados vaticinó serios problemas para la economía venezolana porque “se usaron grandes cantidades de reservas”.
En medio del marasmo nadie se olvida que el gobierno, y sus últimas decisiones económicas, tuvieron como contexto la campaña que deriva en las elecciones municipales del domingo. “El gobierno otorgó a los empleados públicos tres aguinaldos de fin de año (decimotercer salario) para crear una sensación de liquidez”, recuerda Fracedo. “Hay dinero pero ahí está la gente recorriendo las tiendas buscando las cosas para la navidad”, dice la analista Margarita López.
José Vales corresponsal, El Universal, 7 de diciembre.

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