“No he sabido nada de mi hija; por eso vine de nuevo”

Este martes, en su segundo día de actividades en México, los 48 integrantes de la novena Caravana de Madres Centroamericanas Buscando a sus Migrantes Desaparecidos Emeteria Martínez, caminaron sobre las vías del tren en Palenque, Chiapas, punto de partida de cientos de indocumentados hacia el centro del país para tratar de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo, informaron miembros del grupo.
Fray Tomas González Castillo, director de la casa del migrante La 72, ubicada en Tenosique, Tabasco –donde los centroamericanos pasaron la noche del lunes–, dijo que hoy a las 11 horas los miembros del grupo procedentes de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras ingresaron marchando al centro de la ciudad de Palenque y en la plaza “dieron su testimonio y enseñaron las fotografías de sus parientes”, acto que finalizó con una oración a cargo de un sacerdote de la parroquia local.
Agregó que posteriormente, los activistas mexicanos que organizan el recorrido mostraron a las 40 madres y cinco varones centroamericanos que participan en el recorrido cómo ocurre el flujo migratorio en Palenque, en el norte de Chiapas. “Estuvimos en la estación ferroviaria en Pakalná y allí activistas pegaron fotografías gigantes en el tren, lo que se seguirá haciendo en el el recorrido”, añadió.
Señaló que después del recorrido sobre las vías, el grupo comió en el albergue para migrantes atendido por religiosas; a continuación partió hacia Coatzacoalcos, Veracruz, adonde arribaron casi a las 19 horas. González Castillo adelantó que están programados cinco o seis encuentros de madres centroamericanas con sus hijos que viven en México.
La guatemalteca Lesvia Ortiz informó que sólo unas 10 madres que participaron en el periplo del año pasado se integraron a la caravana, porque “tenemos que dar oportunidad a otras personas”.
Entre ellas está la guatemalteca Lidia Diego, cuya hija Venustiana Morales Diego, salió de su casa hace seis años –cuando tenía 16– hacia Benemérito de las Américas, Chiapas, en la zona de la selva Lacandona.
“No he sabido nada de mi hija, por eso vine a buscarla de nuevo, y la buscaré hasta donde Dios me permita la vida”, dijo. “Traigo un gran sentimiento porque después de que vine en busca de mi hija el año pasado mi mamá estaba enferma, la llevé la hospital y a los cuatro días murió. Ella quería saber dónde está su nieta, pero ya no hubo tiempo.”
Continuó: “Quiero saber dón­de está; que no me haga sufrir porque aunque tiene hermanitas en la casa, cada vez que me pongo en la mesa me acuerdo de mi hija, y ahora que se acerca la Navidad y el Año Nuevo no como tranquila con mi esposo porque me falta una, niña de cinco años pregunta cuándo conocerá a su hermana”.
El Movimiento Migrante Mesoamericano, una de las agrupaciones que organiza el periplo, dijo que la caravana recorrerá 14 estados entre los días 2 y 18 de este mes. En esta ocasión –manifestó– la caravana “no transitará por la ruta del Golfo ni llegará a los estados fronterizos del norte, sino que se asomará al inicio de la ruta del Pacífico, por la cual se está desviando el flujo migratorio en la que dominan ‘Ruta del Diablo’, buscando eludir la grave violencia de las rutas históricas y la zona noreste del país”.

Elio Henríquez, La Jornada, 4 de diciembre.

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