Con precios exorbitantes inició la venta “liberada” de autos en Cuba

El gobierno del Raúl Castro dio por terminada ayer la prohibición de medio siglo que impedía la compra de autos sin un permiso previo del estado, por lo que desde ayer una resolución permite la venta de vehículos solo por el gobierno, pero la medida ha decepcionado a los isleños, ya que los precios son astronómicos, tanto de automóviles nuevos como los usados, cuyos costos superan en cinco y diez veces más al precio en que se ofertan en otros países, reportaron medios internacionales.

El pasado 19 de diciembre se abolió la restricción que exigía tener permiso gubernamental para adquirir un auto y desde la entrada en vigor de la medida, ayer, cualquier cubano tiene el derecho de comprar un coche. Siempre y cuando disponga del dinero para hacerlo.

En La Habana, las entidades autorizadas para vender los autos publicaron ayer en sus sedes los listados de autos disponibles y sus precios, mientras decenas de curiosos o compradores potenciales se lamentaban afuera por las tarifas y muy pocos entraban a gestionar alguna compra. Las tarifas de listados de coches de segunda mano oscilan entre los 20 mil y los 110 mil dólares y sólo dos modelos con más de una década de uso están alrededor de los 15 mil dólares.

SUEÑO. El sueño de muchos cubanos para tener un coche nuevo será una pesadilla ya que, por ejemplo, un Peugeot 508 en una de las salas de ventas cuesta 262 mil dólares, es decir, ocho veces más de lo que cuesta en Reino Unido, según destacó la cadena británica BBC.

IMPOSIBLE. Asimismo, el precio de autos usados corren la misma suerte, ya que un Peugeot 206 con cinco años de uso, por ejemplo, puede costar 85 mil dólares, precio con el que en la mayoría de los países latinoamericanos sería posible comprar al menos una casa. La situación ha desatado la indignación de los isleños, pues aseguran que jamás podrían reunir esas cantidades para comprar un auto.

Más allá del exorbitante precio de los autos en comparación con el mercado internacional, Cuba es un país donde la gran mayoría de la población aún gana un salario fijado por el Estado de unos 20 dólares al mes.

La Crónica, 4 de enero.

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