Tiene Cuba joyas ...automovilísticas

LA HABANA.- Como reliquias nacionales, los viejos autos estadounidenses de mediados del siglo 20 siguen rodando en Cuba.

Con sus espectaculares carrocerías de níquel y cromo, la mayoría está en manos de propietarios privados.

No hay datos oficiales ni consenso popular sobre la cantidad de carros que los cubanos han mantenido contra viento y marea hasta la fecha.

Unos afirman que son más de 150 mil en todo el país, otros dicen que 75 mil, mientras que el especialista Carlos Ramón Urrutia, mecánico experto en el asunto y con 20 años de experiencia como chofer y guía, asegura a REFORMA que ya no quedan más de 50 mil.

Antes de la Revolución del 59, la Isla era uno de los mayores importadores de autos de Estados Unidos y hoy es el país donde sobreviven más modelos y marcas de aquellos años.

Algunas, incluso, ya desaparecieron, como la Strudebeker y la Packard, cuyas fábricas cerraron en Detroit hace décadas.

En cualquier caso, el glamour de sus diseños de gran tamaño, sus formas y colores, han convertido a estos viejos autos en objetos de deseo de coleccionistas locales e internacionales.

Éstos rondan a los dueños de los autos con seductoras ofertas, incluso sin saber que estas reliquias no se pueden exportar.

El mercado de autos norteamericanos de los años 40 y 50 es exclusivamente interno, pero aun así mueve dinero.

Muchos cubanos los coleccionan y también residentes extranjeros, quienes lo ponen a nombre de familiares o amigos isleños.

"Cuba es un museo rodante único en el mundo, por ello está prohibido sacar del país estos autos clásicos", afirma Urrutia, recostado en su Cadillac descapotable de los 50, estacionado frente a la escalinata del Capitolio, en Centro Habana.

Protegido del Sol con un sombrero Panamá, el flamante propietario consulta con otros choferes en la zona.

Mientras platican, pasan la mano a las puertas o las capotas de sus vehículos con la delicadeza con la que se acaricia a una obra de arte.

"Si le inventaron las piezas o lo reconvirtieron en descapotable, entonces su valor se reduce a la mitad.

"Y, por supuesto, se compran y venden sólo entre cubanos o a extranjeros residentes que los registran a nombre de un nacional y sabiendo que no lo puede sacar de la Isla. Son joyas únicas", sentencia el hombre.

De hecho, así cuestan estos Cadillac, Oldmobile, Chevrolet, Buick, Lincoln y Mercury, que obligan a girar la cabeza a su paso y levantan comentarios de admiración.

También hay Thunderbird, Pontiac, Ford, Plymouth, Dodge y hasta algún Rolls Royce, guardados como oro en un pañuelo.

"Por un Cadillac del 52 o un Ford del 57 con todas sus piezas originales ofrecen entre 80 mil y 100 mil dólares.

"Con piezas inventadas bajan a 20 o 30 mil dólares. Y totalmente inservible, un caprichoso puede dar hasta 8 mil", dice el especialista luego de consultar las cifras con sus colegas.

Hoy, la mayoría se alquila como taxi o para pasear turistas, a 30 dólares la hora. También son solicitados por recién casados y quinceañeras.

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 13 de enero.








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