A casi un año de su muerte, Chávez mantiene influencia sobre Maduro

Obligado como heredero de la revolución bolivariana que estableció el fallecido presidente Hugo Chávez, el actual mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, mantiene intacto el modelo económico creado por el comandante desde hace 15 años, lo que ha derivado en escasez de alimentos, la caída en la producción y renta petrolera, el desplome en las reservas internacionales del país, un incremento en inflación del 58 por ciento, crecimiento de la deuda y del control de cambio de divisas, lo que ha traído mayor desempleo, inseguridad y el aumento en la nacionalización de empresas extranjeras. Estas acciones tienen a Venezuela cavando su tumba y la pone al borde de una crisis económica de la que le será difícil resucitar.

A un mes para que se cumpla un año del deceso de Chávez (5 de marzo de 2013), Nicolás Maduro, que lleva 10 meses como mandatario tras ganar unas polémicas elecciones en abril del año pasado, no ha visto frutos ni la alegría de los venezolanos desde que asumió el poder, y es que el actual gobernante sigue al pie de la letra lo estipulado por el fallecido comandante quien, según indican medios locales, le encargó mantener intacto el esquema socialista bolivariano y como último recurso, pedir asesoría y consejo a los dirigentes cubanos Raúl y Fidel Castro, si algo no funcionaba.

Maduro cree que el populismo que caracterizó a Chávez lo acompaña a él, pero está lejos de contar con el carisma del comandante.

Consciente de que la pobreza, desempleo, desabasto de alimentos, caída en la producción industrial y en la producción y venta de crudo están cada día peor, Maduro ha ignorado las demandas de los venezolanos que mediante protestas exigen un cambio radical en las políticas económicas del país.

Sin embargo, el mandatario, ignorando la situación que vive el pueblo, mantiene el peso del Estado en la economía con la nacionalización de empresas, la centralización del manejo de la hacienda pública, el control de precios de alimentos, medicinas y otros productos, y la fijación de tipos de cambio con controles de divisas, lo que no sólo tiene en jaque a medios de comunicación impresos, sino a la industria automotriz, líneas aéreas internacionales y a empresas productoras de alimentos.

Asimismo, la ola de expropiaciones que afectan a importantes empresas extranjeras ha dejado en lista más de 20 arbitrajes internacionales por montos multimillonarios, los que están en proceso de resolución.

AUTOMOTRIZ. La crisis que vive el país viene arrastrando problemas serios, como en la producción de alimentos, como es el caso de panaderías que ya racionan a dos piezas por cliente la venta de sus productos ante la escasez de harinas y azúcar. También el ramo automotriz entró en terreno peligroso.

Este ramo de la industria suma ya seis años en caída libre y al iniciar el 2014 quedó descubierta la crítica situación que vive el sector. En enero pasado, apenas se ensamblaron 296 vehículos, el peor registro desde 2003, cuando por el paro petrolero se fabricaron sólo 87 unidades.

Según el periódico local El Tiempo, la severa crisis automotriz se profundiza, con el anuncio de la empresa Toyota de que paralizará “indefinidamente” sus operaciones desde el próximo 13 de febrero, por falta de materia prima.

En días pasados las empresas estadunidenses General Motors y Ford Motor expresaron también sus preocupaciones. La primera señaló que no “ve en el horizonte una solución a las operaciones de negocios en Venezuela”, por lo que evalúa dejar el país, mientras que la segunda dijo que recortaron su producción por las trabas para obtener divisas y adquirir su materia prima.

Ante este panorama, diversos sindicatos de los sectores automotriz, autopartes y conexos solicitaron una reunión urgente al presidente Nicolás Maduro, para exponer que están en riesgo sus empleos.

Con esta papa caliente en las manos, Maduro tiene también otros problemas personales que no ha podido resolver por seguir bajo la influencia de Hugo Chávez.

HERENCIA. Uno de estos inconvenientes es que a 10 meses de haber asumido la presidencia, Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores no han podido mudarse a la casa Presidencial de Miraflores, ya que en ésta viven aún los hijos de Chávez –Rosa Virginia, María Gabriela (apodadas “las infantas”) y Hugo— que se niegan a dejar la residencia, pues la consideran casi la herencia familiar que les dejó su fallecido padre, lo que ha provocado una disputa con la esposa del actual mandatario, quien busca echarlos a como dé lugar.

Actualmente Maduro y su esposa viven en La Viñeta, la vivienda destinada al vicepresidente. Más por decisión de Flores que del mandatario, ya se solicitó que los hijos del comandante Chávez, junto con sus respectivas familias, sean mudados a una casa localizada en Fuerte Tiuna, una zona urbana donde viven algunos de los principales dirigentes chavistas y donde se ubica el complejo militar venezolano.

A pesar de que ya se emitió esta orden, los hijos de Chávez han ignorado este llamado, lo que ha puesto en aprietos a Nicolás Maduro frente a su esposa, por no imponer su jerarquía y carácter como jefe de Estado, y es que según analistas políticos y medios locales, la falta de decisión del presidente para tomar cartas en este asunto radica en que no puede correr de la casa de Miraflores a los hijos de quien le heredó la jefatura del Estado.

NACIONALIDAD. Pero si esto tiene a Maduro con la soga al cuello, a sus innumerables problemas cae como cereza en el pastel la ola de rumores que se desató en octubre de 2013 en las que se asegura que el mandatario es colombiano y no venezolano.

El periódico estadunidense El Nuevo Herald en su sitio de internet, cita al abogado investigador Nelson Ramírez Torres, —quien analizó el acta de nacimiento presentada por autoridades venezolanas en televisión, pero no físicamente, pues se han negado a ello—, y asegura que: “esa acta de nacimiento fue falsificada. El señor Maduro no es venezolano”, indica.

Según el rotativo estadunidense, el acta sólo pudo ser vista en una breve toma de la televisión durante una entrevista con la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, quien en octubre del 2013 enseñó de lejos el documento para garantizar que Maduro, al inscribir su candidatura, dejó registro que es venezolano.

Otra de las críticas es el acceso a ese documento, que, hasta el momento no se ha proporcionado a quienes lo solicitan. Uno de ellos es el diputado de oposición Walter Márquez, quien asegura tener pruebas de que Maduro es colombiano.

El Nuevo Herald indica que un documento establece que el padre del mandatario, Nicolás Maduro García, nació en Venezuela, a diferencia de la madre, Teresa de Jesús Moros, nacida en Colombia.

Asimismo destaca que: “El que el padre fuera venezolano es de vital importancia, porque incluso bajo el supuesto de que Maduro haya nacido en el país, una determinación de que ambos padres fueran colombianos automáticamente le daría la nacionalidad del vecino país, pero la doble nacionalidad le descalifica para ejercer la Presidencia de la República”.

Mario D: Camarillo, La Crónica, 9 de febrero.

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