Contraataca Maduro

CARACAS.- Tras tres días de tensión por las protestas estudiantiles, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio ayer una muestra de fuerza.

Miles de oficialistas respondieron a la convocatoria del heredero de Hugo Chávez al marchar por las principales avenidas de la capital.

Al término de la marcha, el Mandatario venezolano insistió en que la violencia de los últimos días, que ha dejado tres muertos, fue orquestada por la Oposición fascista, en un plan que pretendería derrocarlo.

Los sucesos violentos iniciados el martes han dejado cerca de 70 heridos y unos 200 detenidos, aunque la mayoría de los jóvenes arrestados ya han sido liberados.

Maduro aprovechó también la movilización de ayer para desmarcarse de los grupos de civiles armados afines al chavismo.

"Si alguien que lleva franela roja (el color del chavismo) saca un arma en la calle para atacar a otro, ¡ese no es chavista!", sentenció Maduro.

Lo anterior cobra relevancia puesto que uno de los fallecidos en los disturbios, Juan Montoya, era miembro de uno de estos grupos armados.

El Presidente venezolano también exigió al líder opositor Leopoldo López que se entregue a la justicia.

Las autoridades venezolanas giraron el miércoles una orden de aprehensión contra López, acusándolo de estar detrás de la violencia.

Por otro lado, el Mandatario decidió suspender los servicios del Metro y Metrobús para los municipios del este de Caracas -Sucre, Chacao y Baruta- de clase media y gobernados por la Oposición.

Desde el viernes están cerradas tres estaciones importantes del Metro en el este caraqueño. Maduro, que no dio plazo para levantar la medida, citó los destrozos que habrían ocasionado los manifestantes de Oposición en equipos y sedes del Metro.

Del lado de la Oposición, miles de estudiantes y madres de jóvenes heridos o detenidos se concentraron ayer en el sureste de la capital.

Otros tantos se movilizaron por la avenida Francisco de Miranda, cerca de donde el miércoles murió el manifestante Robert Redman, de 31 años de edad.

La Guardia Nacional dispersó a un grupo de muchachos que intentaba atrincherarse en Altamira y otro que pretendía bloquear calles.

En tanto, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se dijo extremadamente preocupado por la situación en Venezuela y exhortó al Gobierno de Maduro a liberar a los manifestantes detenidos.

Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela

"No podemos tener un minuto de debilidad porque se trata de derrotar una corriente fascista que quiere acabar con la patria que tenemos''.

John Kerry, Secretario de Estado estadounidense

"Estados Unidos está profundamente preocupado por las crecientes tensiones y la violencia alrededor de las protestas de esta semana en Venezuela".

Reforma, 16 de febrero.


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