Arranca diálogo político sin precedente en Venezuela

El gobierno y la oposición de Venezuela iniciaron esta noche un diálogo político, en un hecho sin precedente transmitido en cadena de radio y televisión, en el cual el presidente Nicolás Maduro hizo un llamado, en primer término, a condenar la violencia como método político y a respetar la Constitución. Instó abuscar el camino de reconocimiento y no los atajos, es decir, a reconocernos y respetarnos.
En este primer diálogo los representantes del gobierno y de la oposición fueron planteando sus posiciones políticas, sin buscar acuerdos todavía. Al cierre de esta edición el diálogo había consumido más de tres horas y restaban más de diez oradores.
En este primer tramo, el gobierno insistió en destacar los logros del chavismo, y reiteró su rechazo a la violencia, que ha costado 40 vidas y unos 600 heridos en las protestas iniciadas el pasado 12 de febrero. La oposición mantuvo sus reclamos y de entrada planteó que se elabore una agenda de discusión para los próximos días, que incluya una amnistía para quienes calificó de presos políticos.
Este choque de opiniones de algún modo corroboró el vaticinio hecho a media mañana por Maduro, quien dijo que se trataría de un encuentro de dos modelos: el socialismo bolivariano del siglo XXI y el que representa la oposición.
Toman la palabra 11 oradores por cada bando
El papa Francisco envió un mensaje, leído por el nuncio apostólico Aldo Giordano, en el cual asentó que está plenamente convencido de que la violencia nunca podrá traer la paz.
En el Palacio de Miraflores el mandatario recibió a su ex rival en las elecciones presidenciales y goberador de Miranda, Henrique Capriles al líder de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, así como los gobernadores de Lara y Amazonas, Henri Falcón y Liborio Guarulla, respectivamente, entre otros opositores.
También dio la bienvenida a los cancilleres de Ecuador, Brasil y Colombia que actúan como facilitadores en representación de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), y al nuncio Giordano.
Tras los agradecimientos a los mediadores por contribuir a que este diálogo impostergable se diera y la presencia de la oposición, Maduro destacó que esta cita no es fácil, sino compleja, y prevalecen las presiones. Subrayó que por la vía política son posibles todas las visiones para el país, e hizo un reconocimiento a los logros del fallecido presidente Hugo Chávez.
No sólo se refirió al poderoso movimiento bolivariano y socialista del siglo XXI que impulsó, sino también a la defensa que hizo de un movimiento democrático y basado en una nueva Constitución nacional y que formó parte de los nuevos liderazgos de América Latina. Llamó a reflexionar sobre los momentos de asedio y agresión permanente que vivió.
Maduro, quien por la mañana estimó que las violentas protestas han dejado pérdidas por 15 millones de dólares, instó a la oposición a incorporarse a las conferencias de paz. Resaltó que el estallido ahora entre dos corrientes, dos modelos, obedece a que hay sectores que buscaron la violencia al pretender derrocar su gobierno y considerar que con la muerte de Chávez llegó el momento de acabar con este proyecto.
Presentó también un recuento sobre los hechos de violencia desatados por las protestas desde hace dos meses en el país que, dijo, son ajenos al quehacer político. Destacó que fue el 23 de enero cuando se conoció el plan denominadola salida de Maduro, en clara alusión a la estrategia encabezada por el encarcelado opositor Leopoldo López y la destituida legisladora María Corina Machado.
El gobernante recordó el golpe de Estado que separó por unos días del poder a Chávez, y preguntó a quienes ahora abogan por la violencia cómo pensaban validar un eventual golpe. Cuestionó lo que harían con el ejército, con la corriente revolucionaria que, aseguró, integran millones de personas. Acusó a los promotores de la violencia de buscar la confrontación armada y el caos.
Maduro se refirió una y otra vez a la violencia de las guarimbas (barricadas), a las muertes de ciudadanos, a las agresiones a un par de artistas, a las universidades y escuelas de prescolar incendiadas durante las protestas, y asentó:todo por la Constitución, nada por la violencia.
Tocó al presidente Maduro dar la palabra, al arranque del diálogo, al nuncio en Caracas, Aldo Giordano, quien abogó por la paz y la reconciliación y el fin de la violencia. Además del mensaje de Francisco leyó otro del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, quien también fue representante papal en Venezuela y dijo lamentar no estar presente, pero que podría estar en cualquier otro momento.
Por Unasur intervino el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, quien destacó que ese organismo se siente honrado en poder participar con la esperanza de que se logre un acuerdo. Se refirió a la necesidad de este diálogo para evitar que se agrave la situación.
En su turno, y en una lista de 11 oradores por la oposición y 11 por el gobierno, inició su participación el líder de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, quien subrayó que el diálogo debería ser algo normal. Habló de pluralismo y de que hay millones que respaldan el modelo en el poder, pero que también hay millones que respaldan otro. Es justo que el país oiga otra voz, sostuvo y subrayó: en todas las oportunidades que nos reunamos vamos a hablar de la libertad de nuestros compañeros y todos los presos políticos.
El gobernador de Anzoategui, Aristóbulo Istúriz, recogió el guante y, tras preguntar si es una protesta cívica incendiar un prescolar con niños dentro, no descartó que se pueda revisar caso por caso la situación de los detenidos.
El diputado del partido opositor La Causa R, Andrés Velásquez, manifestó sus dudas acerca de que el proceso de acercamiento impulsado por los cancilleres de la Unasur pueda llegar a acuerdos concretos. Cuestionó que la autoridad electoral convoque a elecciones en dos municipios donde fueron destituidos los alcaldes por desacatar órdenes de la justicia de impedir barricadas y desmanes de manifestantes.
El presidente de la Asamblea Nacional Disodado Cabello aseveró que el país no merece que por un cálculo político no se condene la violencia, mientras el canciller, Elías Jaua, refirió que la fractura no se dio con Chávez, sino desde 1989 con el caracazo, y que entonces la derecha en el poder respondió con gran violencia. El vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, declaró que los gobiernos bolivarianos han mostrado su profunda tolerancia y defendió que el modelo económico ha sido profudamente exitoso en abatir la pobreza al disminuir índices de 50 por ciento, en la década de los 90, a menos de 20 por ciento en la actualidad.
Roberto Enriquez, otro de los líderes opositores, cuestionó al gobierno de Maduro y aseveró que el modelo socialista fracasó porque hay desabasto, la economía está en crisis pese al petróleo y, sostuvo, ahora hay más pobres que antes. Asentó que este modelo es inconstitucional porque no garantiza el derecho a la alimentación y acusó que ha habido expropiaciones de tierras que ahora no producen y cuyos dueños no fueron indemnizados.
Por el socialcristiano Copei, Roberto Enríquez, tras aclarar que no estaba ahí para faltar el respeto a alguien, aseveró: presidente, yo creo que ustedes las cosas las están haciendo muy mal, y tienen el deber de escuchar al pueblo y rectificar.
Horas antes de que se instalara la mesa, se informó de la muerte de un agente de la policía nacional por impacto de bala durante una protesta en Barquisimeto, lo que ubicó en 40 la cifra de muertos.
La Jornada, 11 de abril.

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