Sufre Venezuela falta de medicinas

"Estaríamos condenando a muerte a muchos pacientes".

Las palabras desesperadas de Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela, resumen la desolación que embarga al sector de los medicamentos y, sobre todo, a los propios enfermos.

La burocracia revolucionaria y las deudas acumuladas por la Administración han agudizado la escasez y el desabastecimiento de medicamentos en la calle, una crisis que también se prolonga a los hospitales.

Hasta alcohol, gasas y algodón aparecen y desaparecen por arte de una magia mezquina.

Las cifras son demoledoras: 3 mil mujeres con cáncer de mama no consiguen tres medicamentos esenciales, tampoco hay agujas para biopsias o catéteres para quimioterapia; 15 mil enfermos renales luchan por encontrar los remedios salvadores; 560 personas con linfoma no reciben tratamiento.

El peregrinaje de farmacia en farmacia es otra de los calvarios que sufren a diario los criollos en un país golpeado.

Un ejercicio de paciencia y de olfato que en demasiadas ocasiones no se ve recompensado con el hallazgo de la medicina recetada: hipertensos, diabéticos, alérgicos y epilépticos sufren en busca de sus tratamientos.

"Tuvo suerte, señor. Éste es el penúltimo envase de carvedilol (insuficiencia cardiaca). Llévese los dos, no sabemos cuándo volverá", animó la farmacéutica.

Poco importaba que se tratase del genérico o que los comprimidos fueran de 12.5 cuando se buscaba de 25.

Era el quinto local de Santa Mónica, en Caracas, en una búsqueda que se repite miles de veces todos los días con distintos protagonistas.

Hasta 20 farmacias recorrió Francisco Valencia, presidente de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud (Codevida), para encontrar carbamazepina, medicamento anticonvulsivo que necesita su abuelo.

"Lo primero que tiene que hacer el Gobierno es asumir la crisis para poder resolverla", sentencia Valencia.
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La operatividad de nuestras empresas se está viendo limitada por el nivel de deuda en divisas que mantienen con proveedores internacionales, la cual suma en este momento 497 millones de dólares con un tiempo promedio de espera que supera los 200 días para la liquidación", asustó en un comunicado a la nación la Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar).

Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria en VIH/Sida, ha saltado a la palestra pública para contestar a Francisco Armada, nuevo Ministro de Salud, que se preguntaba dónde están los enfermos de sida que se quejan de que no llegan los antirretrovirales.

Reyna les puede presentar a muchos: en tres meses su organización ha entregado tratamientos a 161 enfermos de Caracas ante las carencias de los centros de salud pública.

A lo largo del año pasado, la ONG de Reyna sólo donó alrededor de 300 tratamientos en todo el país.

"Hemos sufrido un trimestre terrible", insiste Reyna.

"Y por las conversaciones que tenemos, en dos meses puede ser aún peor si el Gobierno no toma cartas en el asunto", vaticina Valencia, quien también se lanza a la caza y captura de medicinas para mantener su calidad de vida. Es un trasplantado renal.

Los portavoces y enfermos consultados por REFORMA conocen la dimensión de la deuda estatal, que afecta a todos los campos de la economía.

"Pero lo peor es la negligencia, más incluso que la falta de recursos. Los procesos se estancan de forma insospechada", resume el líder de Codevida.

El tomógrafo del Hospital de Coche, por ejemplo, es todo un paradigma de la ineficacia administrativa.

Una de las primeras medidas del Presidente Nicolás Maduro fue la intervención de este centro de salud, tras el reclamo de 25 pacientes que no eran operados porque faltaba un anestésico.

Se decidió comprar un tomógrafo, pero este sigue embalado.

Hasta los medicamentos oncológicos llegan de forma irregular: escasean 16 principios activos de los 26 fármacos más importantes.

"La salud no espera", apremia Codevida.

Francisco Valencia, presidente de Codevida

"Lo peor es la negligencia, más incluso que la falta de recursos. Los procesos se estancan de forma insospechada".

Daniel Lozano, Reforma, 5 de mayo.


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