Sin ceder en sus objetivos de lucha contra los grupos armados ilegales, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ordenó ayer al nuevo comandante del ejército, general Óscar González, resguardar celosamente el respeto a los derechos humanos en las filas, a la vez que exigió una rápida captura de los jefes de las FARC y de narcotraficantes prófugos.
Un ejército “no puede permitir que algunas personas le hagan daño a su buena reputación (...) aquí ha habido crímenes que afectan la imagen de la institución y que tienen que ser sancionados ejemplarmente”, dijo Uribe al dar posesión al nuevo comandante del ejército, de 55 años y 38 de ellos en las filas castrenses. Uribe le exigió “gran eficacia en el campo de batalla y gran desempeño en la oficina de los derechos humanos”.
González llega al cargo después que su antecesor, el general Mario Montoya, dimitiera en medio de un escándalo en el que al menos 27 oficiales se vieron implicados en supuestas ejecuciones extrajudiciales de civiles.
“Las armas de la república están concebidas para garantizar la vida de los colombianos y a fin de garantizarla, derrotar a los violentos”, agregó el jefe de Estado.
Uribe encomendó al nuevo mando castrense que “las armas de la república, ahora bajo su liderazgo en el ejército, lleguen rápido a lo que queda del secretariado” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), integrado por siete comandantes guerrilleros, entre los que están Alfonso Cano y Jorge Briceño, a quienes mencionó en su discurso.
Un ejército “no puede permitir que algunas personas le hagan daño a su buena reputación (...) aquí ha habido crímenes que afectan la imagen de la institución y que tienen que ser sancionados ejemplarmente”, dijo Uribe al dar posesión al nuevo comandante del ejército, de 55 años y 38 de ellos en las filas castrenses. Uribe le exigió “gran eficacia en el campo de batalla y gran desempeño en la oficina de los derechos humanos”.
González llega al cargo después que su antecesor, el general Mario Montoya, dimitiera en medio de un escándalo en el que al menos 27 oficiales se vieron implicados en supuestas ejecuciones extrajudiciales de civiles.
“Las armas de la república están concebidas para garantizar la vida de los colombianos y a fin de garantizarla, derrotar a los violentos”, agregó el jefe de Estado.
Uribe encomendó al nuevo mando castrense que “las armas de la república, ahora bajo su liderazgo en el ejército, lleguen rápido a lo que queda del secretariado” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), integrado por siete comandantes guerrilleros, entre los que están Alfonso Cano y Jorge Briceño, a quienes mencionó en su discurso.
Agencias en Bogotá, Crónica, 7 de noviembre.
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