Sin esperar sorpresa alguna, más del 70 por ciento de los cubanos están convocados a elegir hoy a los próximos líderes de los gobiernos provinciales y, además, a los integrantes de la nueva Asamblea Nacional (AN), que en 45 días decidirá si ratifica al convaleciente Fidel Castro como presidente del país, por otros cinco años.
Castro, apartado del poder por razones de salud desde hace casi 18 meses, y su hermano el general Raúl Castro, quien en mantiene interinamente las riendas gobierno, figuran entre los 614 candidatos a diputados, que se someterán al voto directo y secreto de 8,4 millones de electores, en unos comicios que no tienen carácter obligatorio.
Los hermanos Castro siempre han sido elegidos diputados desde que entró en vigor este sistema en 1976, en un país que con la caída de la dictadura de Fulgencio Batista en 1959, dejó a un lado el sistema de multipartidismo y elecciones presidenciales que rige en el resto del continente.
La etapa de elecciones generales que cierra hoy, arrancó en octubre con los comicios municipales y finalizará cuando la nueva AN se reúna en sesión constitutiva, probablemente en marzo, para elegir de entre sus miembros al presidente del Estado y del gobierno, cargos que mantiene Castro desde que se puso en marcha este procedimiento.
Tanto analistas, como cubanos de a pie y opositores al gobierno dan por descontado la elección de Fidel como diputado, pero todavía hoy difieren en cuanto a pronosticar si el mandatario de 81 años, quien todavía padece limitaciones físicas por su larga convalecencia, aceptará un nuevo mandato presidencial.
Según el sistema electoral nacional, por Castro solo votarán hoy los electores del distrito electoral de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, por el cual fue nominado el gobernante junto con otros líderes históricos de la revolución.
Igual ocurrirá con los demás candidatos. A Raúl Castro los nominaron en otro municipio oriental, en tanto el vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque, quienes junto al general de cuatro estrellas componen el núcleo del gobierno provisional vigente en Cuba, integran las candidaturas en Ciudad de La Habana.
Para las elecciones que arrancan hoy, el gobierno ha convocado al “voto unido” por todos los candidatos nominados a fin, dice, de “enviar una señal de unidad al enemigo interno y externo”. Se supone que Castro ejerza su sufragio desde el lujar secreto en que convalece, como hizo en las elecciones municipales.
En los comicios de 2003, 97,16% del electorado acudió a las urnas. De las boletas válidas, 91,35% se pronunció por el “voto unido”, y 8,65% votó por uno o más candidatos, desoyendo el llamamiento oficial unitario. Las boletas anuladas o depositadas en blanco equivalieron a 3,86%, según estadísticas oficiales.
Sectores anticastristas han llamado a la abstención o a la anulación de sufragios. “En Cuba no hay elecciones, hay un teatro en el que el gobierno hace participar al pueblo para poner en el poder a las personas que estima pertinentes”, dijo la líder opositora Marta Beatriz Roque.
Castro, apartado del poder por razones de salud desde hace casi 18 meses, y su hermano el general Raúl Castro, quien en mantiene interinamente las riendas gobierno, figuran entre los 614 candidatos a diputados, que se someterán al voto directo y secreto de 8,4 millones de electores, en unos comicios que no tienen carácter obligatorio.
Los hermanos Castro siempre han sido elegidos diputados desde que entró en vigor este sistema en 1976, en un país que con la caída de la dictadura de Fulgencio Batista en 1959, dejó a un lado el sistema de multipartidismo y elecciones presidenciales que rige en el resto del continente.
La etapa de elecciones generales que cierra hoy, arrancó en octubre con los comicios municipales y finalizará cuando la nueva AN se reúna en sesión constitutiva, probablemente en marzo, para elegir de entre sus miembros al presidente del Estado y del gobierno, cargos que mantiene Castro desde que se puso en marcha este procedimiento.
Tanto analistas, como cubanos de a pie y opositores al gobierno dan por descontado la elección de Fidel como diputado, pero todavía hoy difieren en cuanto a pronosticar si el mandatario de 81 años, quien todavía padece limitaciones físicas por su larga convalecencia, aceptará un nuevo mandato presidencial.
Según el sistema electoral nacional, por Castro solo votarán hoy los electores del distrito electoral de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, por el cual fue nominado el gobernante junto con otros líderes históricos de la revolución.
Igual ocurrirá con los demás candidatos. A Raúl Castro los nominaron en otro municipio oriental, en tanto el vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque, quienes junto al general de cuatro estrellas componen el núcleo del gobierno provisional vigente en Cuba, integran las candidaturas en Ciudad de La Habana.
Para las elecciones que arrancan hoy, el gobierno ha convocado al “voto unido” por todos los candidatos nominados a fin, dice, de “enviar una señal de unidad al enemigo interno y externo”. Se supone que Castro ejerza su sufragio desde el lujar secreto en que convalece, como hizo en las elecciones municipales.
En los comicios de 2003, 97,16% del electorado acudió a las urnas. De las boletas válidas, 91,35% se pronunció por el “voto unido”, y 8,65% votó por uno o más candidatos, desoyendo el llamamiento oficial unitario. Las boletas anuladas o depositadas en blanco equivalieron a 3,86%, según estadísticas oficiales.
Sectores anticastristas han llamado a la abstención o a la anulación de sufragios. “En Cuba no hay elecciones, hay un teatro en el que el gobierno hace participar al pueblo para poner en el poder a las personas que estima pertinentes”, dijo la líder opositora Marta Beatriz Roque.
Nota de Manuel Juan Somoza, La Habana, Milenio, 20 de enero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario