Maduro se erige como nuevo hombre fuerte de Venezuela

Con la muerte de Hugo Chávez, Venezuela inaugura una nueva fase de transición –inédita en su historia democrática— y que debe culminar con la convocatoria, en el plazo de un mes, de nuevas elecciones.

La Constitución señala que en caso de muerte o renuncia del mandatario, sería el presidente de la Asamblea Nacional, en este caso Diosdado Cabello, el favorito de los militares, el que dirija la nación y el proceso electoral. Sin embargo, la corriente principal del chavismo ha maniobrado con rapidez y ha cerrado filas en torno al vicepresidente de la nación, Nicolás Maduro, alegando (aunque si declararlo explícitamente) que el deseo de Chávez era que fuera su sucesor en caso de que él ya no pudiera seguir gobernando, y esto implica, aunque para ello haya que saltarse la Constitución, que él es el nuevo hombre fuerte, sin esperar a que se convoquen elecciones y se presente como candidato chavista.

Presidente interino. La prueba más evidente de este asalto al poder de Maduro se vio ayer, con la firma de su primer decreto como presidente interino, el de la convoncatoria de duelo nacional por la muerte de Chávez, como anunció el canciller del país, Elías Jaua.

Una vez consumado este golpe de efecto, la corriente “madurista” pretende evitar así otro golpe, el que podrían asestar los militares, imponiendo, por ejemplo como candidato a Cabello o a otro chavista más afín a la corriente nacionalista que ellos defienden y que recela de la excesiva influencia que ejerce el régimen castrista sobre Maduro.

Candidato-presidente. Como señala el diario “El País”, con esta maniobra, Maduro quedaría en la posición privilegiada que Chávez disfrutó en sus últimas competencias electorales: la de candidato-presidente, con todos los recursos del Estado a su disposición. El plan aún no cuenta con respaldo explícito del Tribunal Supremo, aunque se da por descontado que lo aprobará, tal y como ha hecho con todo lo que propuso Chávez durante la última década.

La Crónica, 7 de marzo