DF presente; mexiquenses, ausentes

Fue un destape en el Distrito Federal, para una candidatura al gobierno del Estado de México. El nombre de Alejandro Encinas llenó el Club de los Periodistas, en un acto en el que le sobraron apoyos. Un evento en que el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, le dio el espaldarazo total a quien le entregó la jefatura del Distrito Federal en 2006. Pero también sirvió para confirmar que Encinas prefiere ir al Estado de México con una izquierda unida, sin alianza con el PAN. Al lugar llegaron decenas de personalidades del PRD, todas con un mismo fin, darle su aval a Encinas. “¡Pero de a de veras!”, se escuchó en el patio central del Club de Periodistas de México, en pleno discurso de Marcelo Ebrard cuando concluía su interlocución le hizo patente el respaldo a Encinas. Afuera, en la calle de Filomeno Mata, manifestantes de la llamada “revolución blanca”, del diputado federal Emilio Serrano, dieron el toque de “mitin”, de un evento ya plenamente electoral, con miras a la elección del 3 de julio en el Estado de México. Pero además de las presencias, también hubo ausencias. Cuestión de enfoques: acudió Manuel Oropeza y Jesús Valencia, presidente y secretario general del PRD-DF, pero no estuvo la plana mayor del Estado de México, donde será la elección, como Luis Sánchez, presidente mexiquense del partido, o el senador Héctor Bautista ambos de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN), esa que le da la mayoría a Nueva Izquierda en el partido. La maestra de ceremonias fue Alejandra Barrales, presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, en un día hábil, que concentró en un acto plenamente proselitista a varios funcionarios del gobierno capitalino, como el secretario de gobierno José Ángel Ávila. La pléyade de estrellas del PRD estuvo conformada también por jefes delegacionales, como Clara Brugada de Iztapalapa, o Raúl Flores, de Coyoacán, entre otros, y diputados locales como Valentina Batres y Alejandro Sánchez Camacho. Senadores como Carlos Sotelo, y la secretaria general del PRD, Dolores Padierna, engrosaron la lista de invitados para dar el aval a Encinas. Al final, vinieron los aplausos y las vivas. El ungido Encinas —exorcizado de todo lo que oliera a PAN— fue llamado aún en el podium por sus seguidores a entonar un “Goya” universitario, que al final se diluyó.

Ricardo Gómez, EL Universal, 29 de marzo.