ONG demandan frenar “holocausto migratorio"

Con la exigencia al gobierno mexicano de poner un freno al “holocausto migratorio” registrado en el país, organizaciones no gubernamentales inauguraron “La 72” Hogar-Refugio para Personas Migrantes, denominada así en homenaje al grupo de indocumentados asesinados en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010.

Este albergue, anunciaron, será “un espacio para proteger a los migrantes de los victimarios, sean delincuentes, criminales o autoridades civiles”.

Con amplia infraestructura y construido ex profeso para atender a centroamericanos sin documentos, sustituye al espacio habilitado como Casa del Migrante en la parroquia católica Cristo Resucitado.

El sacerdote y presidente del Centro de Derechos Humanos del Usumacinta (CDHU), Tomás González Castillo, calificó de una gran vergüenza que los migrantes encuentren en México sufrimiento y muerte.

“Nos negamos a aceptar la muerte de los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, y por eso desde este rincón empobrecido y olvidado, gritamos y exigimos que el gobierno mexicano frene el holocausto migratorio”.

Al señalar que también la mirada y voz de las organizaciones se dirige a los familiares de los 72, dijo que esperan que sirva como un “abrazo permanente de consuelo” el saber que al entrar a México por la frontera sur, en Tabasco, hay un altar-hogar en honor de las víctimas que derramaron su sangre en agosto de 2010.

Ruta de peligro

Tenosique, Tabasco, municipio de la frontera sur y puerta que da acceso a las personas migrantes que inician su tránsito hacia el norte, es un campo minado donde los viajeros son víctimas de secuestros, asaltos, extorsión, discriminación y de un sinfín de delitos y violaciones a sus derechos humanos, afirmó el presidente del CDHU.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) considera a Tenosique, junto con Balancán, Macuspana, Teapa y Huimanguillo, uno de los municipios de Tabasco con mayores riesgos para la seguridad de migrantes que buscan llegar por la ruta del tren a Estados Unidos.

El defensor dijo que en México, gracias al “permiso” de las autoridades de todos los niveles, “el crimen organizado se ha organizado muy bien” y sus métodos son sofisticados.

“Las personas que salen de Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y de algunos países de Sudamérica son mercancía que deja mucho dinero en los bolsillos de los criminales y en las cuentas de muchos políticos, funcionarios públicos y cuerpos policiacos”, agregó el activista.

González Castillo dijo que esperan que el albergue “La 72” sea una casa acogedora donde las personas migrantes no sólo encuentren pan y cama para dormir, “sino hallen el abrazo solidario, la bendición materna, el lugar donde las mujeres embarazadas den a luz y donde los sueños de una vida mejor se empiecen a hacer realidad”.

Dijo que será “un verdadero hogar donde no sólo curen sus heridas, sino que también puedan ser orientados y asesorados en materia jurídica”.

Admitió que las organizaciones que lo atienden asumen que con el hecho de ayudar a los indocumentados, asumen también la persecución que ello implica.

“Sabemos que si hay personas migrantes expulsadas de su país y perseguidas, sacrificadas, extorsionadas, derramando su sangre en el nuestro, es porque hay un estado de derecho sepultado junto con las víctimas de una violencia institucional”, comentó.

Recordó que desde finales del siglo XX, la parroquia de Cristo Crucificado abrió sus puertas para dar hospedaje y alimento a los migrantes, y luego se instituyó la Casa del Migrante en Tenosique, y el Centro de Derechos Humanos del Usumacinta.

El nuevo refugio de migrantes es atendido por franciscanos, miembros de la Provincia San Felipe de Jesús y un grupo de voluntarios.


Roberto Barboza corresponsal, El Universal, 26 de abril.