Fijó con saudíes política petrolera

MADRID.- Hugo Chávez siempre supo que el éxito de su revolución dependía de los precios del petróleo. Tanto así, que dos meses antes de asumir el poder en febrero de 1999, el venezolano impulsó de forma casi secreta una reunión en la residencia del Embajador mexicano en la capital española con el Ministro de Petróleo saudí, Alí al Naimi; el hombre que había designado para ser su Ministro de Energía, Alí Rodríguez; y Luis Téllez, Ministro de Energía de México, que actuó como mediador.

Allí, Venezuela y Arabia Saudí, países fundadores de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se propusieron gestionar la oferta de crudo para controlar el precio y, en abril de 1999, el cartel acordó una bajada de la producción que inició la carrera alcista del costo por barril, el cual ha llegado a rozar los 150 dólares.

"Se acabó la era del petróleo barato", decía en 2003 el actual Ministro de Energía y presidente de la petrolera estatal PDVSA, Rafael Ramírez, para quien los países que producen energía y los que la consumen deben hacer esfuerzos similares para alcanzar precios justos que permitan el desarrollo equitativo.

La mayoría de los analistas cree que el mercado petrolero no cambiará drásticamente a corto plazo tras la muerte de Chávez. Sin embargo, a más largo plazo, si sus sucesores no logran consolidar el poder, es probable que Venezuela vuelva a abrir su sector petrolero a la inversión extranjera y que la OPEP quede en manos de los productores del golfo Pérsico, aliados de Estados Unidos.

Fernando Gualdoni corresponsal, Reforma 7 de marzo.

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