Recorre Venezuela fantasma de Chávez

CARACAS.- Un fantasma recorre Venezuela. El fantasma de Hugo Rafael Chávez. Más allá de la paráfrasis, lo suyo parece, efectivamente, fantasmal.

Desde el ataúd, postró a la beligerante oposición en un silencio de 72 horas, sacó a la calle a millones de personas en una impresionante ola humana escarlata, atrajo a 32 Presidentes y/o Primeros ministros, a un Príncipe, a delegaciones de 55 países, desde Siria hasta todas las islas caribeñas, desde China, hasta Irán, desde Estados Unidos hasta Bielorusia.

Nicolás Maduro, el sucesor designado, en grito desaforado, en el sollozo, declama ante el ataúd caoba cubierto con la bandera de Venezuela y la réplica de la espada de Simón Bolívar: "¡Aquí está invicto, puro, transparente, único, verdadero, vivo para siempre, para todos los tiempos, para éste y todos los tiempos futuros!".

En la exaltación, Maduro, un casi hermano, el operador de toda su confianza, un activista gremial, civil no militar, gritaba en el micrófono: "¡No pudieron contigo, no podrán con nosotros, jamás!".

El Funeral de Estado, la despedida de Chávez, muestra la obra. Miles de dolientes agradecidos, llorosos, emotivos, hacen fila por kilómetros en espera de sus dos segundos de paroxismo frente al rostro del Comandante inerte, ataviado con su boina roja. Sus testimonios suceden con consignas: "Chávez vive, la lucha sigue", "Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro", y así por el estilo.

- ¿Su nombre?, se pregunta a una muchacha bajita, con gorra que tiene los colores de la bandera nacional, una chamarra igualmente amarilla con azul, que dice ser dirigente estudiantil, y aguanta el calorón. Lleva horas en la fila. Espera llegar pronto al ataúd.

- ¿Su nombre?, se insiste.

- "Hugo Rafael Chávez Frías", dice sin rubor, sin sorna, con solemnidad y ojos llorosos.

Y pues sí, todos somos Chávez. O Chávez somos y en la fila andamos.

La visita popular se detiene porque en el patio de la Academia Militar del Fuerte Tiuna están los invitados extranjeros y la inmensa burocracia civil y militar nacional. Eso explica también una sensible disminución de las masas dolientes que en las últimas 72 horas habían salido en cientos de miles a las calles.

La ceremonia solemne, convocada a las 11 horas, inicia una hora después con el Himno Nacional que ejecuta la Orquesta Sinfónica de Venezuela dirigida por el más grande de sus artistas, Gustavo Dudamel, quien se solaza con el meneo de sus brazos para guiar la grave pieza musical.

No hay disimulos. Las primeras filas del sillerío frente al ataúd están ocupadas por la madre de Chávez, Elena; su hermano Argenis, y las dos hijas, María Gabriela y Rosa Inés, de un lado; y en la otra fila principal están Maduro, el Presidente de Cuba Raúl Castro, el de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y el de Bielorusia, Alejandro Lukashenko, quien acude con el delegado más joven a estas exequias, su hijo Nikolai de 8 años de edad y a quien Lukashenko, quien gobierna desde hace 20 años, ha prometido heredarle el poder.

Atrás se alinea el mundo. A Sebastián Piñera, el derechista chileno le toca en medio del boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa. Junto a ellos está el Príncipe Felipe de España quien parece incómodo en su silla tanto porque apenas cabe por sus piernas largas que se enredan en el estrecho lugar, como por tener casi sentado en su rodilla al traductor del Presidente Ahmadineyad, quien susurra todos los detalles al jefe persa.

El mexicano Enrique Peña es mandado a las últimas filas, junto con el peruano Ollanta Humala, pero recibe, de todas formas, un trato deferente.

La ceremonia combina los ritos bolivarianos con los religiosos; la música popular con las consignas políticas, pero Maduro -un cincuentón de casi dos metros de estatura, dirigente gremial, proveniente de la Liga Socialista, un grupo que en los setentas merodeaba en la guerrilla urbana con tendencia maoísta-, ahora hace un tremendo esfuerzo por disminuir su beligerancia.

Maduro refiere aquello de que Chávez fue vilipendiado pero precisa: "Usted nos enseñó el perdón. Hoy perdonamos a quienes lo injuriaron".

Habla como el jefe sustituto. Habla a su país y al mundo. Arma en tres vertientes su alocución: el duelo donde inmortaliza a Chávez como el que rompe la historia de traiciones que derrotaron a próceres como Bolívar.

"Aquí está usted Comandante, con sus hombres de pie, todos sus hombres y mujeres leales... Hemos roto el maleficio de la traición de la Patria y romperemos el maleficio de la derrota y de la regresión", alega.

Su segunda vertiente refiere a la herencia donde cifra que el legado, el testamento de Chávez, es la Constitución bolivariana.

"Es la carta de todos y todas. Bienvenidos todos. Esta carta es nuestra guía, de unión de paz, de convivencia, para hacer revolución democrática", apunta.

Y plantea el horizonte. Construir el socialismo "diverso, democrático, latinoamericano" y hacer de Venezuela una potencia mundial.

Concluyó relatando una de sus últimas conversaciones con Chávez. "¿Qué van a hacer cuando me muera?", les preguntaba. Maduro decía que le repelaban. "No diga eso comandante".

Pero Chávez insistía. "¿Qué vamos a hacer? Él ya dejó todo arreglado; queda de parte nuestra si lo hacemos o no lo hacemos", recita ahora Maduro.

Un canciller diría luego de su discurso: "Maduro, maduró". El fantasma de Chávez cabalga. Trajo al mundo a Caracas luego de ponerlo de cabeza.

Entre las decenas de líderes extranjeros que asisitieron al funeral de Chávez, resaltan:

Mahmud Ahmadineyad

"Perdí un hermano", dijo el Presidente iraní sobre Chávez. Venezuela es el principal aliado de Irán en América Latina. Los dos países, críticos de Estados Unidos, desarrollaron relaciones económicas y políticas en los últimos años.

Chávez realizó 13 visitas a Irán desde que llegó al poder, en 1999, y Ahmadineyad viajó a Venezuela seis veces desde 2005. Firmaron acuerdos en varios sectores, incluyendo energía, agricultura, viviendas e infraestructura. Se llegó a decir que el país sudamericano suministraba uranio para el programa nuclear iraní.




Alexander Lukashenko

El Presidente de Bielorrusia, quien gobierna esta ex república soviética desde 1994, asistió al funeral con su hijo menor. Lukashenko declaró tres días de duelo en su país por el fallecimiento de Chávez, a quien consideró un fiel aliado.

Ambos líderes suscribieron decenas de acuerdos de cooperación, entre ellos la venta de petróleo venezolano a Bielorrusia, que a su vez vendió armas a Venezuela. Para muchos, la ex república soviética es la última dictadura de Europa.

Jesse Jackson

El activista y reverendo protestante estadounidense, una persona cercana al Presidente Barack Obama, pidió, durante una breve oración que ofició en el funeral, que Estados Unidos y Venezuela puedan tender nuevos puentes. Ambos países mantuvieron relaciones tensas durante el Gobierno de Chávez. De hecho, no tienen Embajadores en las respectivas capitales desde 2010. Estados Unidos también envió al funeral al legislador demócrata por Nueva York, Gregory Meeks, y al ex congresista por Massachusetts William Delahunt.




Raúl Castro

El Presidente de Cuba era uno de los grandes amigos y aliados de Chávez. Su hermano, Fidel, líder de la revolución cubana, era visto como un padre por el difunto Mandatario.

Durante el Gobierno del líder bolivariano, ambos países reforzaron la cooperación económica y política. Venezuela suministra 10 mil barriles diarios de petróleo a Cuba con precios preferenciales y financiamiento.

Chávez se trató el cáncer por el que falleció en la Isla, donde fue operado cuatro veces.




Juan Manuel Santos

En 2010, el Presidente colombiano restableció las relaciones diplomáticas con Venezuela. Así, Santos, uno de los peores antagonistas de Chávez cuando era Ministro de Defensa de Álvaro Uribe, selló la reconciliación entre ambos países luego de años de tensiones. Colombia llegó a acusar a Chávez de tolerar en su territorio a guerrilleros de las FARC.

Roberto Zamarripa enviado, Reforma, 9 de marzo.

0 Responses to "Recorre Venezuela fantasma de Chávez"