CARACAS.- Delgada y elegante, blanca y de cabello lacio, la diputada María Corina Machado es la villana favorita de los medios oficiales venezolanos, atentos a su más mínimo traspié.
La acusan de ser agente de la CIA, de estar financiada por Washington y de haber respaldado el golpe de Estado de 2002.
Proveniente de una familia rica, la legisladora de 43 años es la fresa que Chávez quisiera devorar en 2012. "Cómo me gustaría a mí enfrentar a la 'burguesita' para derrotarla. Yo sé que ella tiene ganas, se le nota", aseguró el Mandatario hace meses.
Según el analista John Magdaleno, el Presidente piensa que la puede descalificar fácilmente como símbolo de la oligarquía.
"Él podría estar apostando a la polarización y a poner de relieve el discurso de la lucha de clases, lo que le facilita ideologizar el debate y que se pierda de vista su desempeño gubernamental", indicó.
Por lo pronto, Machado no está entre los primeros cinco opositores, de acuerdo con Luis Vicente León, de Datanálisis. Sin embargo, un sondeo de Keller y Asociados la ubica en segundo lugar entre los independientes con 26 por ciento.
Sin etiquetas
La carrera política de Machado inició hace menos de una década. La posibilidad de activar un referendo revocatorio contra Chávez la llevó a abandonar el sector privado a sus 35 años para fundar, en 2002, la ONG Súmate. Desde allí, la ingeniera industrial activó un enjambre de voluntarios que recogieron miles de firmas.
Chávez ganó la consulta, realizada en 2004, pero Machado no se dio por vencida y convirtió Súmate en una maquinaria de defensa del voto.
Como alumna aplicada -siempre fue la primera en la universidad-, la legisladora debate con documentos y cifras en mano. "Se ve que es la parlamentaria que más se prepara para los debates. Estudia bien los temas y se está tomando en serio el cargo", señala Magdaleno.
Divorciada y madre de tres hijos -de 15, 18 y 20 años-, Machado rechaza las etiquetas.
"La obsesión de calificar a la gente en derecha e izquierda está superada", ha dicho.
Pero su visita en 2005 a la Casa Blanca, donde fue recibida por el Presidente George W. Bush, le dejó un perfume de neoliberalismo que el Gobierno explota a cada momento.
Para Magdaleno, a su favor juega ser joven, mujer y tener un nuevo paradigma de hacer política. Pero, advierte, tiene algunos problemas de imagen.
"Hay quienes dicen que es muy distante y que no es sincera. Otros señalan que su comunicación y su sonrisa son un poco forzadas. Yo diría que no tiene suficiente trayectoria política para enfrentar las presidenciales", opinó.
Cristina Marcano, Reforma, 26 de marzo.
La acusan de ser agente de la CIA, de estar financiada por Washington y de haber respaldado el golpe de Estado de 2002.
Proveniente de una familia rica, la legisladora de 43 años es la fresa que Chávez quisiera devorar en 2012. "Cómo me gustaría a mí enfrentar a la 'burguesita' para derrotarla. Yo sé que ella tiene ganas, se le nota", aseguró el Mandatario hace meses.
Según el analista John Magdaleno, el Presidente piensa que la puede descalificar fácilmente como símbolo de la oligarquía.
"Él podría estar apostando a la polarización y a poner de relieve el discurso de la lucha de clases, lo que le facilita ideologizar el debate y que se pierda de vista su desempeño gubernamental", indicó.
Por lo pronto, Machado no está entre los primeros cinco opositores, de acuerdo con Luis Vicente León, de Datanálisis. Sin embargo, un sondeo de Keller y Asociados la ubica en segundo lugar entre los independientes con 26 por ciento.
Sin etiquetas
La carrera política de Machado inició hace menos de una década. La posibilidad de activar un referendo revocatorio contra Chávez la llevó a abandonar el sector privado a sus 35 años para fundar, en 2002, la ONG Súmate. Desde allí, la ingeniera industrial activó un enjambre de voluntarios que recogieron miles de firmas.
Chávez ganó la consulta, realizada en 2004, pero Machado no se dio por vencida y convirtió Súmate en una maquinaria de defensa del voto.
Como alumna aplicada -siempre fue la primera en la universidad-, la legisladora debate con documentos y cifras en mano. "Se ve que es la parlamentaria que más se prepara para los debates. Estudia bien los temas y se está tomando en serio el cargo", señala Magdaleno.
Divorciada y madre de tres hijos -de 15, 18 y 20 años-, Machado rechaza las etiquetas.
"La obsesión de calificar a la gente en derecha e izquierda está superada", ha dicho.
Pero su visita en 2005 a la Casa Blanca, donde fue recibida por el Presidente George W. Bush, le dejó un perfume de neoliberalismo que el Gobierno explota a cada momento.
Para Magdaleno, a su favor juega ser joven, mujer y tener un nuevo paradigma de hacer política. Pero, advierte, tiene algunos problemas de imagen.
"Hay quienes dicen que es muy distante y que no es sincera. Otros señalan que su comunicación y su sonrisa son un poco forzadas. Yo diría que no tiene suficiente trayectoria política para enfrentar las presidenciales", opinó.
Cristina Marcano, Reforma, 26 de marzo.
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