Simulan partidos programas para comprar votos

El blindaje a los programas sociales de cara a las elecciones de julio, acordado la semana pasada por las dirigencias del PRI, PAN y PRD con la Secretaría de Gobernación, es limitado, y más un acuerdo político que una posibilidad real de atacar el fondo del problema, consideró Beatriz Camacho Carrasco, ex directora ejecutiva de la organización Alianza Cívica.

Para que fuera efectivo, señaló en entrevista, también deberían limitar el uso de recursos públicos a los partidos, para que dejen de simular programas sociales y coaccionar el voto.

"Lo que me llama más la atención es lo que tiene que ver con la prohibición o detener la entrega de apoyos y subsidios 45 días antes de las elecciones, cuando lo que hemos observado desde sociedad la civil, es que estos recursos o subsidios sociales se dan justo el día de las elecciones, o un día después, para obligar a la ciudadanía a votar por quien se le está pidiendo", indicó.

Recordó que hay un antecedente de ese "blindaje" en la suspensión de promoción de obra pública establecida por el IFE en cada proceso electoral federal, con resultados que a muchos han dejado insatisfechos.

"(El blindaje) Yo lo veo más como un acuerdo político de que 'vamos a decir que todos estamos de acuerdo en estos acuerdos mínimos, básicos', y correctamente políticos, correctamente de amigos, y justo para tratar de salir de una crisis que se da en este Pacto por México".

La mayor incidencia de compra de voto, según estudios de Alianza Cívica, no se da entre quienes tienen programas asegurados, sino que está a cargo de los mismos partidos, con programas "simulados".

"¿Por qué no reducimos también el financiamiento a los partidos políticos, es de los grandes pendientes de la reforma electoral, porque lo que se ha observado desde sociedad civil es que se utiliza este recurso público, que incluso está en la Constitución, para compra y coacción del voto", indicó.

Dijo que el trabajo de las organizaciones civiles a las que Gobierno y autoridades piden colaborar en el monitoreo de programas es más complicado que un anuncio, pues requieren preparación, recursos económicos y tiempo suficiente.

"Ellos tendrían la responsabilidad de no estar utilizando esos recursos, sería un código ético, parte del compromiso ciudadano y de la democracia de no utilizar recursos públicos para favorecer a uno u otro partido político".

Para un buen blindaje, indicó Camacho, parece ya no haber tiempo.

"Monitorear los padrones, los programas sociales, sería una tarea titánica, estamos a dos meses de los procesos electorales... queda muy poco tiempo como para poder hacer realidad un ejercicio profesional de observación de padrones, porque no solamente sería revisarlos en escritorios, tendría que haber una muestra estadística, tendrías que ir a entrevistar a los beneficiarios, y eso implica muchísimo trabajo y muchísimos recursos".

Guadalupe Irízar, La Jornada, 30 de abril.