Anuncia Cuba mayor inversión en Pymes

LA HABANA.- El Gobierno cubano invertirá 122 millones de cuc (divisa local equiparada al dólar) para garantizar electrodomésticos y otras herramientas de primera necesidad para los pequeños y medianos empresarios, que este año se han duplicado en relación a 2010, al alcanzar un total de 338 mil trabajadores privados, informaron ayer medios oficiales. "(Para el plan de inversión) del próximo año se tuvo en cuenta el comportamiento de la comercialización de diversos productos", dijo la viceministra de Comercio Interior, Ada Chávez, a un año de la liberación de la industria privada en casi 200 actividades autónomas. Por ello, el Gobierno cubano volvió a poner a la venta equipos de climatización, cocinas, hornos y calentadores, así como freidoras, parrillas, asadores, cafeteras y sartenes, artículos inexistentes o muy escasos en la red de tiendas del país. Sin embargo, en un sondeo hecho por REFORMA en varios centros comerciales de La Habana se comprobó que estos artículos son muy caros, incluso tres veces más que en México. "Eso es lo que no cuenta la viceministra. Los precios de esos artículos son incosteables para el cubano promedio", lamentó una vendedora en el popular centro comercial de Carlos 3º. Chávez también informó que el Estado cubano ha alquilado varios locales a cuentapropistas, especialmente a aquellos que se dedican a la gastronomía, venta y servicios. No obstante, pequeños empresarios entrevistados por REFORMA echan de menos la posibilidad de rentar al Estado locales comerciales, espaciosos y céntricos, que permanecen completa o parcialmente abandonados desde hace décadas. "Ojalá yo pudiera alquilar un local estatal para montar mi peluquería y salón de estética, pero no es tan fácil. Hasta donde sé, el Gobierno los alquila selectivamente y sólo ellos saben los criterios que siguen", dijo una esteticista que desde los 90 cuenta con una licencia para realizar trabajos a domicilio. La realidad es que la mayoría de los que se han aventurado a ganarse la vida por su cuenta, montan sus pequeños negocios en porches y patios de viviendas particulares, a veces con pocos recursos, lo que no contribuye a mejorar el aspecto urbano. "Aquí nadie se asombra de ver una cafetería improvisada con tablas y bloques en la entrada principal de una casona de Miramar, o un restaurante en la terraza de un quinto piso sin ascensor. Pero, desde el punto de vista urbanístico y comercial, eso es un disparate", opinó un directivo hotelero, quien atribuye el fracaso de un 25 por ciento de los negocios privados en Cuba al desconocimiento empresarial, las limitaciones legales y la falta de mercado mayorista. Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 29 de octubre.