El Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (CEN del PRI) sostuvo que las declaraciones en las que el presidente Felipe Calderón afirma que en el tricolor hay quienes piensan en pactar una vez más con el narco constituyen un ataque prelectoral y una injerencia en la sucesión presidencial, que será denunciada ante el Instituto Federal Electoral (IFE). Lamentamos que en el ocaso de su administración, el jefe del Estado mexicano aventure señalamientos genéricos tratando de estigmatizar a nuestro partido sin otro sustento que sus propios dichos, reprochó el PRI en un comunicado. Diputados priístas calificaron de irresponsables y facciosas las afirmaciones hechas por el mandatario al periódico estadunidense The New York Times. Señalaron además que la postura del Ejecutivo federal pretende eludir los resultados negativos de la estrategia fallida contra la delincuencia, y afirmaron que forma parte del inicio de la guerra sucia frente a la sucesión presidencial. El senador Francisco Labastida Ochoa consideró que Calderón está obligado a dar los nombres de quienes tenga pruebas de que quieren pactar con el narcotráfico. Como Presidente, tiene información privilegiada y está obligado a presentar denuncia en la Procuraduría General de la República (PGR) contra quienes, él asegura, pactaron con los narcotraficantes en el pasado; de lo contrario quedará como un hombre que utiliza el poder presidencial para una actividad política que no le corresponde. La dirigencia priísta cuestionó que en México Calderón presuma la cooperación de gobiernos estatales de todas las fuerzas políticas en materia de seguridad, pero en el extranjero el discurso sea otro y se transforme en un ataque prelectoral. El tricolor consideró que el Presidente debería estar ocupado en restaurar la seguridad de las personas y dar certeza al ejercicio de las libertades individuales y políticas, en lugar de hacer declaraciones infundadas y engañosas (que) atentan contra el principio de imparcialidad al que como servidor público lo obliga la Constitución, y que constituyen una intromisión en el proceso electoral, frente a lo cual en breve el PRI procederá ante las instancias legales correspondientes. Lamentablemente, recordó, el jefe del Ejecutivo ya ha violado la Constitución en materia electoral, según determinó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Diputados priístas exigieron al mandatario que si tiene pruebas de un presunto acuerdo de militantes del tricolor con la delincuencia, presente una denuncia ante el Ministerio Público, y si no, rectifique. Con ese tipo de declaraciones, expresaron, deja de lado su papel de jefe del Estado mexicano y se coloca como jefe de campaña del alicaído PAN. César Augusto Santiago denunció que Calderón repite la fórmula de 2006, cuando viéndose en desventaja él y su equipo de campaña afirmaron que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México. En vez de un análisis objetivo de su desastre, repite la campaña negra. Como este señor no sabe ser un jefe de Estado, y como de su partido ninguno funciona, y hagan lo que hagan, no emocionan a nadie, nos repite la receta, declaró. Que se serene y cuide el proceso electoral. ¿No fue él quien prometió que no intervendría en la sucesión? Pero tal parece que fue más fuerte la tentación, declaró el diputado Canek Vázquez. Fernando Morales consideró que las expresiones de Calderón “constituyen el inicio de la guerra sucia del Ejecutivo federal, en momentos que el Revolucionario Institucional está mejor posicionado que el PAN”. Felipe Solís Acero estimó delicado que apenas diez días después de iniciado el año electoral, y a punto de que los partidos políticos seleccionen a sus candidatos presidenciales, Calderón, en lugar de resguardarse en un sitio de institucionalidad, dé paso a conductas facciosas que, de continuar las que en su momento escenificó Vicente Fox, resultarán pequeñas ante los tropiezos del actual mandatario. El gobernador de Veracruz, Javier Duarte, también se refirió al tema y dijo que esas expresiones son responsabilidad del Ejecutivo. Precisó que la delincuencia es un fenómeno que alcanzó a su estado y que tiene muchos orígenes. Nunca hemos dicho que no pasa nada. Por supuesto que hay cosas que suceden y que agravian a nuestra sociedad; por eso en mi gobierno hay determinación para combatir a la delincuencia y atendemos la agenda de seguridad junto con el gobierno federal, afirmó. Por su lado, Labastida Ochoa acusó: No me cabe duda de que (Calderón) está lanzándose contra el PRI, como lo hizo contra López Obrador y el PRD en 2006, cuando iban arriba en las encuestas. Está actuando más como presidente del PAN que de la República. Es un Ejecutivo en campaña. Finalmente, el senador Carlos Jiménez Macías demandó que el Presidente aporte pruebas de sus dichos. Esta acusación imprudente ya la ha formulado antes y ahora de nueva cuenta lo hace para lastimar al PRI. Enrique Méndez y Víctor Ballinas, La Jornada, 17 deoctubre.

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