Con participación de contingentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Zacatecas, Distrito Federal, Michoacán, Oaxaca, Morelos y Tlaxcala, el Movimiento Popular de Guerrero dio una muestra de su capacidad de movilización al bloquear los carriles centrales la Autopista del Sol, en ambos sentidos, lo que obliga a los automovilistas a tomar vías alternas para continuar su camino.
También marcharon uniformados, pero sin armas, elementos de la Policía Comunitaria de la comunidad de Acatempa de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), encabezados por Pastor Coctecón Plateado.
La columna, de por lo menos cinco kilómetros de longitud, era parte del plan de lucha de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) para presionar al Congreso estatal para que apruebe su iniciativa de reforma a la Ley Estatal de Educación, que hasta la anoche no había sido dictaminada para su discusión.
Los maestros disidentes, normalistas, organizaciones sociales y padres de familia caminaron al lado de integrantes de la sección 22 de Oaxaca, la 9 y 10 del Distrito Federal, la 18 de Michoacán. Además de los contingentes de las regiones de Acapulco, La Montaña, Costa Chica Costa, Costa Grande, Centro y Norte del estado.
“Si hay que evaluar, por Peña hay que empezar”, gritaron a coro decenas de docentes en alusión a la reforma educativa que propuso por el Presidente de República, que fue aprobada en diciembre pasado por el Congreso de la Unión.
Concepción Solís, maestra de primaria, portaba una cartulina en la que expresaba su sentir: “No le temo a la represión del estado, le temo al silencio de mi pueblo”.
La docente dijo que defiende la lucha de sus compañeros porque es por los derechos de los trabajadores de la educación y que las clases “se pueden recuperar” por medio de sesiones extramuros.
Ni un federal en la marcha
La marcha transcurrió en tranquilidad, sin la presencia de las fuerzas federales o locales. Esta vez no hubo helicópteros Black Hawk, ni aviones no tripulados vigilando. Pero al llegar al Congreso local, los ánimos subieron de tono.
Un grupo de cetegistas con los rostros cubiertos entró por la fuerza a la sede del Poder Legislativo.
Con tubos y varillas reventaron los candados del acceso principal del inmueble. Tras hacer pintas y romper un par de vitrales de la biblioteca Siervo de la Nación, los maestros decidieron quedarse en plantón hasta que los legisladores aprueben su propuesta de reforma.
En el inmueble sólo se encontraban 17 diputados de la fracción parlamentaria del PRD en espera de que comenzara la sesión.
En los accesos no había elementos de seguridad que les impidieran el paso a los maestros disidentes que tomaron la explanada y rodearon el inmueble en sus cuatro entradas.
Plantean diálogo
“Si el gobierno estatal apostó al desgaste de las miles de maestros movilizados, nosotros tenemos energía de sobra”, dijo Aurora, maestra de La Montaña e integrante de la “Comisión de Comida”.
Las inmediaciones del recinto se volvieron una romería. Salieron ollas de aluminio llenas de frijoles refritos y chicharrón en salsa roja.
La espera se llevó en la incertidumbre. Para las 16:30 horas, el dirigente de la CETEG, Gonzalo Juárez, dijo que sólo estaba en el recinto los diputados de PRD, PT y Movimiento Ciudadano. No estaban presentes los de PRI, PAN, PVEM y Panal.
Dos horas después, una comisión encabezada por el propio Juárez Ocampo regresó de Casa Guerrero de una reunió con el gobernador Ángel Aguirre, en la cual expuso que la CETEG no estaba de acuerdo con modificar la reforma.
En un comunicado, el gobierno de Guerrero refrendó su disposición al diálogo permanente y descartó la confrontación abierta con el magisterio disidente. Exhortó a la Comisión Política de la CETEG a revisar la iniciativa propuesta por el Poder Legislativo para no generar escenarios de inconstitucionalidad que contravengan la reforma federal.
Frente al lobby del Congreso llegó la diputada Ana Lilia Jiménez (PRD) y pidió a los maestros que le abrieran paso para ingresar.
—Nadie puede pasar, nadie —le reviró un maestro cubierto del rostro.
—Si no paso, no hay quórum —dijo la legisladora al educador, quien de inmediato se levantó y abrió paso.
Al caer la noche, la incertidumbre creció. “¿Cuántos diputados hay? ¿Nos van a volver a engañar estos traidores?”, se comentaba.
“Ya sólo falta un diputado para que estén completos”, decía una maestra de Acapulco que encaraba a los reporteros: “Digan la verdad. No somos 100, sino 100 mil. No mientan”. El gobierno estatal dijo que la marcha concentró a 30 mil personas.
Alberto Morales y Juan Cervantes, El Universal, 19 de abril.
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