Acuerda el PRI definir por consulta ciudadana la relección de legisladores

El PRI en la Cámara de Diputados rechazó que en sus filas haya diferendo sobre la propuesta de relección legislativa enviada por Felipe Calderón al Congreso. Felipe Solís Acero y Jesús María Rodríguez calificaron la reforma política aprobada en la Comisión de Puntos Constitucionales como un capítulo inédito en la historia contemporánea del país. Por vez primera –señalan– se incluyen candidaturas independientes, consulta ciudadana, sustitución del presidente de la República en caso de ausencia o muerte, ratificación del Congreso a los nombramientos del Ejecutivo en las comisiones federales de Telecomunicaciones, de Competencia y Reguladora de Energía. Reconocieron que en el tema de la relección legislativa en un principio sí hubo divergencia en su partido, pero se alcanzó una solución que satisfizo a la mayoría: dado el origen de la iniciativa –Felipe Calderón–, y que ésta serviría de tema para reposicionar al PAN en los comicios, dicho asunto sería el primero que se sometería a una consulta popular abierta a todos los ciudadanos en los próximos meses. Se trata de un paquete de cambios de trascendencia mayor, agrupados en la reforma política. Son temas inéditos en la vida nacional, como la iniciativa ciudadana, argumentó Solís Acero. “Por primera vez –destaca–, los ciudadanos podrán juntarse y ordenar al Congreso que legisle sus iniciativas de ley, forzándolo a dictaminarlas y someterlas a votación, lo que no es poca cosa, como tampoco lo es reconocer que haya candidaturas independientes, es decir, que ciudadanos que no se adscriben en materia ideológica ni en militancia con algún partido puedan participar en las decisiones políticas del país, una vía alterna en el ejercicio del poder. Significa terminar con el monopolio de los partidos en materia de candidatos.” La consulta popular no será un acto gracioso ni una concesión partidaria, sino un logro de los ciudadanos con la trasferencia de poder que hasta ahora han tenido los institutos políticos; se trata de que lo compartan con los ciudadanos, no de quitárselos, insistió el especialista en derecho constitucional. Además, entre el priísmo se destaca que la reforma política tocará por vez primera –desde 1971– el tema de la sustitución presidencial. Es un asunto que no tenemos resuelto. El drama de qué hacer cuando el presidente ya murió no se ha presentado, y quedaría resuelto cuando el mandatario electo pueda rendir protesta ante el presidente de la Corte, siempre y cuando le fuera imposible hacerlo ante el Congreso por alguna circunstancia de fuerza mayor. Estos son temas sustantivos para resolver problemas de la cotidianidad política en el país, destacan. –En el PRI, el consenso que se alcanzó fue no favorecer las figuras de veto presidencial al presupuesto y la reconducción de éste –se le señaló. –Nuestro argumento tiene que ver con la facultad exclusiva de aprobar el presupuesto, y en el PRI se sostuvo que es necesario conservarla intacta, que no es conveniente meterle ruido con esta flexibilidad de que si no es aprobado operará la reconducción. Desde 1917, cuando se estableció esta atribución a la Cámara de Diputados en el artículo 74 de la Constitución, fracción cuarta, nunca ha operado el tema de que llegado el inicio del año fiscal no esté aprobada la Ley de Ingresos, de manera que no existe ningún antecedente que presione a hacer esa reforma. Roberto Garduño, la Jornada, 2 de octubre.