PF rompe bloqueo magisterial; liberan autopista

CHILPANCINGO, Gro.— “El diálogo se agotó, espero órdenes”, decía por su radio de comunicación el comandante de la Policía Federal a quien el letrero en su chaleco lo identificaba como Espartaco.

Tras de él, 2 mil federales con equipo táctico antimotines tomaron los cuatro carriles de la Autopista del Sol en el punto conocido como el Parador del Marqués.

“¡Ya vienen esos cabrones! ¡Alerta compañeros! ¡Alerta!”, arengaban los maestros integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), que bloquearon por seis horas la Autopista del Sol.

Por tercera vez en la semana, en el kilómetro 278 —rumbo a Acapulco— cerraron la carretera, en el mismo lugar donde hace dos años murieron dos estudiantes de la Universidad de Ayotzinapan por un enfrentamiento con fuerzas estatales y federales.

Los negocios de las inmediaciones cerraron, las tiendas de autoservicio bajaron sus cortinas. Amas de casa, con sus hijos jalándolos del brazo, corrían para salir de la carretera que parecía un campo de guerra, sitiado por los federales, mientras un helicóptero Black Hawk volaba cerca de la autopista. Eran las 17:30 horas, comenzaba a caer el sol.

“Buenas tardes, quién es su líder. Estamos de acuerdo en que su libertad de expresión se manifiesten, pero tenemos gente atrás que me está pidiendo el apoyo para seguir circulando, los estamos invitando para que desalojen. Esa es la petición”, decía Espartaco a una comitiva de maestros disidentes, mientras cientos dedocentes entonaban el Himno Nacional y empuñaban palos y garrotes contra el uniformado.

“No habrá confrontación con la Policía Federal, es invitarlos a agotar todas las instancias, yo soy la autoridad. Venimos con un ministerio y notario público que ha dado fe que no venimos armados”, repetía Espartaco.

“No vine a desalojar, vine a invitarlos a salir pacíficamente. Aquí no habrá mártires ni víctimas (...) Sé que son maestros y les estoy dando su lugar, por eso vengo a dialogar y a agotar todas las posibilidades”, insistía.

Un maestro de la Comisión de Seguridad le dijo que necesitaban más tiempo, porque requerían consensarlo con las bases.

“Pero de antemano le decimos al pueblo que nuestra lucha es tranquila, no venimos a provocar, somos docentes y no queremos que se repita lo del 12 de diciembre [de 2011], donde Aguirre mandó a matar a dos estudiantes, y definitivamente si él quiere sangre, habrá otros muertos, porque estamos dispuestos a seguir con nuestra lucha”, dijo.

Al final acordaron 20 minutos, pero los maestros se mantuvieron en su postura. “Nos vamos a mantener en lucha”, señalaba Manuel Rodríguez, profesor de la Montaña Alta.

A las 18:10 horas, los federales armaron una fila, usaron sus escudos para abrirse paso entre los maestros, mientras la primera línea de la disidencia arremetía con palos y tubos, con las manos o resorteras lanzaban piedras como proyectiles, y de inmediato los maestros gritaron “repliéguense compañeros, repliéguense”.

Treinta minutos duró el enfrentamiento con los maestros disidentes, quienes tomaron el bulevar René Juárez Cisneros —paralelo a la Autopista del Sol— como vía de su retirada al campamento donde están en plantón desde el pasado 25 de febrero, mientras algunos arengaban: “Ora sí cabrones, encendieron la mecha”.

Sobre la carpeta asfáltica, vidrios rotos por las bombas molotov que los maestros lanzaban, piedras, pintas en los muros de contención y algunos bloques de concreto volteados, pero al final la vialidad quedó abierta.

Debaten con Aguirre

Por la mañana, el gobernador Ángel Aguirre y los líderes de la CETEG, Gonzalo Juárez y Minervino Morán, tuvieron una reunión para buscar una solución al conflicto, pero los maestros se mantuvieron en su postura de exigir al mandatario volver a presentar su propuesta para modificar la Ley Estatal de Educación que fue rechazada por el Congreso local.

El gobernador guerrerense rechazó la propuesta de los docentes y cambió: les planteó gestionar un mayor número de plazas federales para egresados normalistas y acompañarlos con los encargados de redactar las leyes secundarias de la Reforma Educativa, para que éstas se ajusten a la realidad de los pueblos indígenas de la entidad.

Gonzalo Juárez dijo que la lucha la llevarán a otro nivel y que cuentan con el respaldo de la sociedad para pasar de la lucha magisterial a un movimiento popular.

Alberto Morales, El Universal, 6 de abril.