Campañas por Internet, un escenario catastrófico

Sin una industria fuerte que impulse el desarrollo de contenidos y software libre en Internet, los cibernautas mexicanos continuarán como con- sumidores pasivos y no productores, afirmó Érik Huesca, secretario técnico de la Sociedad de Internet en México, asociación no gubernamental, cuyo objetivo es impulsar la coordinación global y cooperación en Internet, sus tecnologías y aplicaciones. Durante su participación en el Congreso de la Sociedad de Internet en México, convocado por la Universidad Iberoamerica (Uia), alertó que ante el inminente arranque de las precampañas electorales, se corre el riesgo de experimentar un escenario catastrófico en las redes sociales, ante la posibilidad que los candidatos empleen estos medios como principal mecanismo propagandístico. En un comunicado emitido por esa casa de estudios, destacó que es momento de regresar al espíritu de colaboración y luchar para que la red ofrezca libre acceso a todas las clases sociales, pues enfatizó que es necesario rescatar la idea del software libre y sin restricciones, para que todos los ciudadanos tengan acceso al futuro de Internet. Al analizar el uso, aprovechamiento y desarrollo de la red, Alejandro Pisanty, investigador y presidente de la Sociedad de Internet de México, indicó que que el congreso funge como un espacio para analizar la relación de Internet con la sociedad; la gobernanza y la regulación, así como la tecnología y la juventud que interactúa en la red. China y Veracruz Explicó que si bien existen gobiernos y productores democráticos que innovan, buscan que la web prospere, estimulan la creatividad, la generación de contenidos y conducen la experiencia de la navegación, también hay ejemplos de mala voluntad que pretenden controlar la comunicación, como ocurre en China o a nivel local en Veracruz, donde se pretende regular el anonimato en redes sociales, así como a los tuiteros, indicó. Añadió que para alcanzar un escenario ideal del concepto de Internet hay que apostar por un espacio público en el que se permita el acceso a toda la información posible, trabajar para que éste sea abierto y evitar que los proveedores de servicio sigan imponiendo un precio. Laura Poy Solano, La Jornada, 7 de octubre.