Prevén un conflicto sin control

Guerrero se salió del cauce educativo para convertirse en una lucha en la izquierda, aseguró Jorge Javier Romero de la Coalición Ciudadana por la Educación.

"Es el conflicto de la izquierda en el que se va a definir qué papel va a jugar cada una de las fuerzas, Morena y PRD", expresó el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Dijo que el conflicto en Guerrero se agrava ante la incertidumbre de las reforma educativa, pues sólo se han aprobado las modificaciones a los artículos tercero y 73 de la Constitución, pero los maestros desconocen cómo les va afectar dichos cambios.

Por ello consideró urgente que el Gobierno federal muestre firmeza frente a la reforma educativa y presente las iniciativas para la creación del Servicio Profesional Docente, el Sistema Nacional de Evaluación y las reformas complementarias a la Ley General de Educación.

Dijo que uno de los temas que está agravando el conflicto es la incertidumbre que tienen los maestros frente a los términos de la reforma Constitucional.

Los maestros, dijo, no saben cómo les va a afectar.

Explicó que la legislación debe cambiar radicalmente el tema del ingreso a las nuevas plazas e incluir un proceso que permita la incorporación gradual de los profesores en servicio a las nuevas condiciones de trabajo.

Para resolver el conflicto magisterial, señaló, los Gobiernos federal y estatal deben aplicar la ley, levantar actas de abandono de empleo, suspender pagos y evitar que haya bloqueos, señaló.

Para Romero, el conflicto en Guerrero es preocupante porque puede provocar que el Gobierno federal negocie los términos de la reforma para restarle conflictividad social y por lo tanto le quite fuerza a la reforma educativa.

"Por el otro lado, el conflicto en Guerrero pone de manifiesto, -como ocurrió con la APPO-, la enorme debilidad de los Gobiernos estatales que ante una situación de tremenda polarización social y pobreza, no pueden reaccionar con la aplicación de la ley, primero porque tienen poca fuerza y segundo porque no tienen legitimidad.

Sonia del Valle, Reforma, 21 de abril.