Espera la Iglesia católica cubana la liberación de más opositores; se aguardan otros “gestos”

La Habana, 10 de junio. La Iglesia católica, en el momento de su diálogo más fluido con el gobierno de Cuba en medio siglo, dijo hoy que espera la liberación de opositores sin fecha fija y anunció la discusión de una agenda social la próxima semana, en la que participarán clérigos y laicos, intelectuales locales y emigrados y un alto dignatario del Vaticano.

Tanto la Iglesia como el gobierno han subrayado que el suyo es un diálogo nacional, pero hay hechos coincidentes que sugieren un flanco diplomático: el secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, el arzobispo Dominique Mamberti, abrirá la décima Semana Social Católica en La Habana el próximo miércoles.

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, habló este jueves con su colega español, Miguel Angel Moratinos, y poco más tarde el presidente José Luis Rodríguez Zapatero visitó al papa Benedicto XVI, con una agenda que incluyó el tema de la isla.

España y el Vaticano, igual que el clero cubano, favorecen el diálogo con el gobierno, incluso en asuntos sensibles como los derechos humanos, a diferencia de algunos miembros de la Unión Europea (UE), Alemania, Francia, el Reino Unido y la República Checa, que prefieren la confrontación.

Por la vía de los hechos, la liberación de opositores cubanos presos se ha convertido en una especie de medida del éxito o el fracaso de esos dos enfoques. Este fue uno de los puntos que trataron el presidente Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega hace casi un mes, con la tácita aceptación del mandatario de ordenar algunas excarcelaciones y otras medidas de alivio, según la versión del prelado.

Pero desde esa entrevista, el gobierno sólo ha reubicado a seis disidentes en cárceles de sus provincias de origen. “Esperamos que continúe lo que se inició”, dijo hoy a la prensa Orlando Márquez, director de Palabra Nueva, el mensuario de la Arquidiócesis de La Habana. “No hay nada que indique que el proceso se haya estancado o que haya concluido”.

Márquez ofreció detalles de la visita de Mamberti y de la Semana Social. Sobre los presos recordó que no hay compromiso oficial, ni fecha o calendario, pero insistió en que la Iglesia católica espera que el sentido de las conversaciones con las autoridades se traduzca en hechos: “No siempre las cosas son lineales ni marchan a la misma velocidad”.

El gobierno ha excarcelado opositores, siempre luego de negociaciones o de algún compás de espera que ha consumido meses y hasta años. Según fuentes disidentes, unos 180 activistas están encarcelados, aunque la atención pública se centra en los 53 que permanecen en prisión desde 2003.

Guillermo Fariñas, atendido hace más de tres meses en terapia intensiva en la ciudad de Santa Clara, continúa sin tomar líquidos ni alimentos sólidos, en demanda de la liberación de los 25 más enfermos de ese grupo.
Márquez resumió así la actitud de la Iglesia: “Se esperan otros gestos. ¿Cuándo? No sabemos. Pero en cualquier momento que se den, serán bienvenidos”.

Mamberti iniciará el próximo martes una visita de cinco días a Cuba, dirá la conferencia inaugural de la Semana Social, hablará con el canciller Rodríguez y los obispos cubanos, presidirá una misa y no se excluye que sea recibido por Raúl Castro.

La Semana Social –un foro de discusión habitual de la Iglesia católica– se celebra en Cuba por décima ocasión, pero esta vez tiene una relevancia sin precedente, por el momento de relación excepcional existente entre el clero y el gobierno cubanos.

Además, por la participación de tres académicos originarios de la isla y residentes en Estados Unidos: Jorge Domínguez (Universidad de Harvard), Carmelo Mesa-Lago (Pittsburgh) y Arturo López-Levy (Denver).

Sobre diálogo y reconciliación entre cubanos y la economía nacional discutirán con ellos intelectuales como Rafael Hernández, director de la revista Temas; Aurelio Alonso, subdirector de la revista de la Casa de las Américas, y Omar Everleny y Pavel Vidal, del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana.

También participarán el vicario del oeste de La Habana, el académico de la lengua y prolífico ensayista Carlos Manuel de Céspedes, y católicos y laicos como Roberto Méndez, poeta y crítico de arte; Maritza Sánchez, directora de Cáritas Cuba, y Lenier González, vice editor de la revista Espacio Laical.

Las discusiones, en las que habrá 126 participantes entre delegados diocesanos e invitados, servirán a la Iglesia católica “para desarrollar su misión de carácter social”, dijo Márquez.

Al mismo tiempo, al menos parte de la situación cubana era revisada en otros ámbitos. Un comunicado del Vaticano dijo que el Papa recibió a Rodríguez Zapatero, quien luego, con Moratinos, habló con Mamberti y el secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

“Durante los coloquios”, añadió la nota, hablaron entre otros puntos de “los países de Centroamérica y del Caribe”, que desde luego incluye a Cuba, según un anuncio previo español.

Horas antes de viajar a Roma, Moratinos, al frente de una delegación de la UE, habló en París con su colega Rodríguez. Aunque las partes confirmaron su conocida intención de negociar un marco de cooperación, Cuba sostiene que la “posición común” europea, de 1996, es el “obstáculo principal” para normalizar las relaciones, según la cancillería de la isla.

Esa política europea condiciona la cooperación a cambios en el sistema cubano. Durante su presidencia comunitaria este semestre, España buscó eliminar la “posición común”, que todavía se mantiene con apoyo de los miembros de la UE de línea dura.
Gerardo Arreola, La Jornada, 11 de junio.

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