La dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, manifestó anoche el rechazo enérgico de su partido a lo que llamó “el fermento de una estrategia política de lucro con la tragedia” del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato del tricolor al gobierno de Tamaulipas, y advirtió que en su partido “no habrá ni la más mínima fisura donde se filtre la insidia ni la manipulación”.
Dijo que instituciones democráticas debilitadas y política envilecida son “caldo propicio para que la delincuencia pretenda enseñorearse”, y expresó que en un Estado democrático “actuar con responsabilidad y civilidad política supone desechar la guerra sucia como método, implica no alentar la polarización y significa propiciar la confianza y colaboración de todos”.
Acompañada por 15 de los 18 gobernadores del PRI —faltaron los mandatarios de Sinaloa, Oaxaca y Tamaulipas—, Paredes garantizó que su partido no permitirá “que la vulneración de la democracia por medio de la violencia propicie el triunfo del caos generalizado, o de su rostro más perverso que es el autoritarismo”.
Afirmó que el PRI siempre ha estado dispuesto a dialogar, “pero con liderazgos legítimos y no fruto del oportunismo que bregan en la borrasca de aguas tormentosas para ver si recomponen sus posicionamientos, cuando ha sido la irresponsabilidad y el cortoplacismo, el querer ganar a cualquier costo, lo que ha enturbiado el debate y envilecido la política”.
En un discurso de 10 minutos de duración, la presidenta del CEN priista sostuvo que “más que declaraciones, discursos y debates, los mexicanos necesitan que la estrategia de seguridad sea eficaz; las familias requieren recuperar la tranquilidad”.
En la sede nacional priista, Paredes dijo que nuevamente se le pide al PRI civilidad cuando fue la responsabilidad democrática del tricolor “la que le dio vigencia a este régimen”.
Dijo que instituciones democráticas debilitadas y política envilecida son “caldo propicio para que la delincuencia pretenda enseñorearse”, y expresó que en un Estado democrático “actuar con responsabilidad y civilidad política supone desechar la guerra sucia como método, implica no alentar la polarización y significa propiciar la confianza y colaboración de todos”.
Acompañada por 15 de los 18 gobernadores del PRI —faltaron los mandatarios de Sinaloa, Oaxaca y Tamaulipas—, Paredes garantizó que su partido no permitirá “que la vulneración de la democracia por medio de la violencia propicie el triunfo del caos generalizado, o de su rostro más perverso que es el autoritarismo”.
Afirmó que el PRI siempre ha estado dispuesto a dialogar, “pero con liderazgos legítimos y no fruto del oportunismo que bregan en la borrasca de aguas tormentosas para ver si recomponen sus posicionamientos, cuando ha sido la irresponsabilidad y el cortoplacismo, el querer ganar a cualquier costo, lo que ha enturbiado el debate y envilecido la política”.
En un discurso de 10 minutos de duración, la presidenta del CEN priista sostuvo que “más que declaraciones, discursos y debates, los mexicanos necesitan que la estrategia de seguridad sea eficaz; las familias requieren recuperar la tranquilidad”.
En la sede nacional priista, Paredes dijo que nuevamente se le pide al PRI civilidad cuando fue la responsabilidad democrática del tricolor “la que le dio vigencia a este régimen”.
Luciano Franco, La Crónica, 30 de junio.
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