El indígena mixteco me phaa, Raúl Hernández Abundio, procesado desde hace dos años en el penal de Ayutla de los Libres, envió un carta al presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Edmundo Román Pinzón y al juez mixto de Primera Instancia, Alfredo Sánchez Sánchez, demandando el pronto cierre de su proceso para que se dicte una sentencia justa.
En el documento que escribió a mano desde el Cereso, ubicado en ese municipio de la Costa Chica del estado, Raúl Hernández, quien es también integrante de la Organización del Pueblos Indígena Mephaa (OPIM), entregó a sus asesores jurídicos y abogados de Tlachinolla la carta para que fuera enviada al Tribunal Superior de Justicia de Guerrero.
La carta fue recibida por el secretario general de Acuerdos del TSJ, Audel Leyva López, y solicita al presidente del Tribunal, Edmundo Román Pinzón, que agilice su proceso y que en un poco tiempo se le dicte una sentencia justa.
Dijo que sus abogados ya presentaron todas las pruebas y solicitaron que se cierre el proceso, pues a dos años él sigue en la cárcel por el mismo delito que sus cuatro compañeros que ya salieron en libertad.
“Todo este tiempo he esperado que se haga justicia en mi caso. Por eso les escribo en este momento tan importante para solicitarles, como es mi derecho, que mi proceso termine pronto, que mi juicio ya termine y que en poco tiempo se dicte una sentencia justa”.
Raúl Hernández aseguró en su carta que fue acusado injustamente de un delito que no cometió y fue procesado sólo por haberse organizado con otro de sus compañeros para defender los derechos de su pueblo y buscar una vida digna para las comunidades.
“Formamos una organización que es la OPIM y eso no le gustó al gobierno. En vez de apoyarnos nos han perseguido. Por eso estoy aquí”, cita Raúl Hernández en su carta.
Recordó que sus compañeros de Amnistía Internacional y de muchas partes del mundo lo consideran “prisionero de conciencia”.
Insistió que su libertad está en manos del presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Edmundo Román Pinzón y el juez mixto de Primera Instancia, Alfredo Sánchez Sánchez, por eso pidió que se ponga fin a la injusticia que vive y se dicte una sentencia para que salga pronto.
“Mi libertad está en manos de ustedes que pueden poner fin a la injusticia que vivo. Yo no pido un trato especial, nada más demando justicia. Lo que pido es que la sentencia salga pronto y que tome bien en cuenta las pruebas, si es así voy a estar libre pronto”.
En el documento que escribió a mano desde el Cereso, ubicado en ese municipio de la Costa Chica del estado, Raúl Hernández, quien es también integrante de la Organización del Pueblos Indígena Mephaa (OPIM), entregó a sus asesores jurídicos y abogados de Tlachinolla la carta para que fuera enviada al Tribunal Superior de Justicia de Guerrero.
La carta fue recibida por el secretario general de Acuerdos del TSJ, Audel Leyva López, y solicita al presidente del Tribunal, Edmundo Román Pinzón, que agilice su proceso y que en un poco tiempo se le dicte una sentencia justa.
Dijo que sus abogados ya presentaron todas las pruebas y solicitaron que se cierre el proceso, pues a dos años él sigue en la cárcel por el mismo delito que sus cuatro compañeros que ya salieron en libertad.
“Todo este tiempo he esperado que se haga justicia en mi caso. Por eso les escribo en este momento tan importante para solicitarles, como es mi derecho, que mi proceso termine pronto, que mi juicio ya termine y que en poco tiempo se dicte una sentencia justa”.
Raúl Hernández aseguró en su carta que fue acusado injustamente de un delito que no cometió y fue procesado sólo por haberse organizado con otro de sus compañeros para defender los derechos de su pueblo y buscar una vida digna para las comunidades.
“Formamos una organización que es la OPIM y eso no le gustó al gobierno. En vez de apoyarnos nos han perseguido. Por eso estoy aquí”, cita Raúl Hernández en su carta.
Recordó que sus compañeros de Amnistía Internacional y de muchas partes del mundo lo consideran “prisionero de conciencia”.
Insistió que su libertad está en manos del presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Edmundo Román Pinzón y el juez mixto de Primera Instancia, Alfredo Sánchez Sánchez, por eso pidió que se ponga fin a la injusticia que vive y se dicte una sentencia para que salga pronto.
“Mi libertad está en manos de ustedes que pueden poner fin a la injusticia que vivo. Yo no pido un trato especial, nada más demando justicia. Lo que pido es que la sentencia salga pronto y que tome bien en cuenta las pruebas, si es así voy a estar libre pronto”.
Horacio Ramos en Acapulco, La Crónica, 23 de junio.
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