El presidente Felipe Calderón aseguró durante la conmemoración de los 20 años de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que su gobierno ha sido especialmente escrupuloso para que las Fuerzas Armadas, en el combate contra el crimen organizado y el narcotráfico, sigan las observaciones dictadas por ese organismo.
“Hemos sido especialmente escrupulosos en que las Fuerzas Armadas sigan las observaciones que la CNDH realiza y que establezcan oficinas de primer nivel en cada una de las dependencias para atender las violaciones a los derechos humanos. Además, hemos hecho un esfuerzo denodado para poder capacitar y entrenar en materia de derechos humanos a los integrantes de las Fuerzas Armas, de la Policía Federal y del Ministerio Público en el gobierno federal”.
Ante tres ex titulares de la CNDH, Mireille Rocatti, Jorge Madrazo y José Luis Soberanes —el ausente fue Jorge Carpizo— y su actual presidente, Raúl Plascencia, Calderón ratificó que era impostergable combatir a la delincuencia desde el inicio de su sexenio, porque se convirtieron en violadores palmarios de los derechos fundamentales.
Esta lucha, dijo Calderón, hizo necesaria la participación de las Fuerzas Armadas, pero sin violentar los derechos humanos.
Calderón ratificó su respeto a la libertad de expresión y aseguró que en México no se criminaliza por opinar, al menos en el nivel federal y se pronunció a favor de la libertad de expresión con todos sus riesgos.
Recordó que cuando inició la CNDH recurrió a esta en diversas ocasiones, una de ellas fue recibido por el entonces visitador y posterior ombudsman, Jorge Madrazo, aunque no detalló en qué concluyeron sus quejas.
El Presidente manifestó la plena disposición del gobierno federal para seguir colaborando estrechamente con la CNDH.
Patricia Kurczyn, consejera de la CNDH, dijo que hay logros de la comisión que generan confianza, seguridad y tranquilidad, pero habrá plena satisfacción cuando sus recomendaciones se acaten con transparencia y ética.
Raúl Plascencia reconoció que hay avances, pero aún hay marcados claroscuros en algunas materias, como la aparente solución de controversias al margen de la ley, la impunidad y la falta de oportunidades para acceder a una vida digna.
El ombudsman se pronunció en contra de reformas que pretendan reducir los derechos humanos en México y pidió a la Cámara de Diputados acelerar la aprobación de una reforma constitucional que está en sus manos y que amplía los horizontes.
“Hemos sido especialmente escrupulosos en que las Fuerzas Armadas sigan las observaciones que la CNDH realiza y que establezcan oficinas de primer nivel en cada una de las dependencias para atender las violaciones a los derechos humanos. Además, hemos hecho un esfuerzo denodado para poder capacitar y entrenar en materia de derechos humanos a los integrantes de las Fuerzas Armas, de la Policía Federal y del Ministerio Público en el gobierno federal”.
Ante tres ex titulares de la CNDH, Mireille Rocatti, Jorge Madrazo y José Luis Soberanes —el ausente fue Jorge Carpizo— y su actual presidente, Raúl Plascencia, Calderón ratificó que era impostergable combatir a la delincuencia desde el inicio de su sexenio, porque se convirtieron en violadores palmarios de los derechos fundamentales.
Esta lucha, dijo Calderón, hizo necesaria la participación de las Fuerzas Armadas, pero sin violentar los derechos humanos.
Calderón ratificó su respeto a la libertad de expresión y aseguró que en México no se criminaliza por opinar, al menos en el nivel federal y se pronunció a favor de la libertad de expresión con todos sus riesgos.
Recordó que cuando inició la CNDH recurrió a esta en diversas ocasiones, una de ellas fue recibido por el entonces visitador y posterior ombudsman, Jorge Madrazo, aunque no detalló en qué concluyeron sus quejas.
El Presidente manifestó la plena disposición del gobierno federal para seguir colaborando estrechamente con la CNDH.
Patricia Kurczyn, consejera de la CNDH, dijo que hay logros de la comisión que generan confianza, seguridad y tranquilidad, pero habrá plena satisfacción cuando sus recomendaciones se acaten con transparencia y ética.
Raúl Plascencia reconoció que hay avances, pero aún hay marcados claroscuros en algunas materias, como la aparente solución de controversias al margen de la ley, la impunidad y la falta de oportunidades para acceder a una vida digna.
El ombudsman se pronunció en contra de reformas que pretendan reducir los derechos humanos en México y pidió a la Cámara de Diputados acelerar la aprobación de una reforma constitucional que está en sus manos y que amplía los horizontes.
Jorge Ramos y Ruth Rodríguez, El Universal, 8 de junio.
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