“Vamos por todo”, arenga Peña Nieto

OAXACA, Oax.— Lo dice en voz alta, con fuerza: “¡Con Eviel Pérez Magaña vamos a ganar el gobierno de Oaxaca para servir a la gente! ¡Y vamos a ganar todas las elecciones que están en juego para abrir el camino y regresar a Los Pinos en 2012!”. Luego, Enrique Peña Nieto deja que llegue la aclamación, soporta las gotas de lluvia que caen y levanta el puño derecho y repite: ¡Vamos a ganar!”.

Cae la noche. El estadio de futbol estaba lleno. La tardanza o el agua provocan que mucha gente salga. Pero quienes permanecen aplauden al gobernador del estado de México y aspirante a ser Presidente de la República, y a quien busca ser gobernador.

Horas antes, en Ixtepec, en el Istmo, región de mujeres fuertes, valientes, dignas, Eviel Pérez Magaña dijo que el futuro será prometedor, que cumplirán con las demandas de la población, que lo harán juntos él como gobernador y Enrique Peña Nieto como Presidente.

Indudable la popularidad. Un fenómeno. Pese a todo, la gente, sobre todo las mujeres, se le acercan, toman su mano, lo abrazan. Peña Nieto se deja querer. Pérez Magaña, discreto, deja que la estrella camine adelante. Angélica Rivera también responde a los saludos. Viste pantalón de mezclilla y blusa blanca. Platica que el vestido de tehuana, entre los jaloneos se le rompió y tuvo que cambiarlo.

En el templete, figuras de la política. Ahí está la candidata a la alcaldía de la ciudad de Oaxaca, Beatriz Rodríguez Casasnovas, quien enérgica, casi bravucona responde: “¿Qué, lo duda?”, cuando el cronista preguntó si cree que puede ganar.

Un estadio lleno, a la manera del PRI. Llegaron hombres, mujeres y niños en camiones. Ocuparon las tribunas y las sillas que estaban en la cancha. Escucharon y se divirtieron con los albures de los animadores.

Eviel Pérez Magana y Enrique Peña Nieto viajaban en esos momentos desde el Istmo de Tehuantepec a la capital del estado. Allá, los testigos, las joyas, la entrega de las mujeres. Pero también los testimonios de las carencias, de las demandas por una justicia que no llega.

Fue entonces que el candidato al gobierno de Oaxaca dijo que está comprometido con esa región, que habrá proyecto productivos, que sabe que tendrá el apoyo de quien será Presidente de la República. Y los gritos se levantaron cuando mencionó un nombre: “¡Enrique Peña Nieto!”.

Llegaron por fin; casi 20 minutos de caminar entre la valla. Se detenían constantemente. Estrechaban manos. Recibían besos. Posaban para fotos.

Comenzó en esos momentos a caer la lluvia.

Llegaron al escenario. Una parte del público se retiraba. Quienes se quedaron, sobre todo las señoras, las señoritas, gritaron, chocaron sus palmas cuando se anunció que hablaría Enrique Peña Nieto.

“Aquí estamos reunidos. Y lo hacemos con gusto a pesar del aguacero. Buscamos la victoria y lo hacemos unidos. Aquí y en todo el país. ¡Con Eviel Pérez Magaña ganaremos el gobierno de Oaxaca!, y porque tenemos la experiencia y el deseo de renovarnos, con nuestras victorias, el primer domingo de julio seguiremos abriendo el camino para regresar en 2012 a Los Pinos”, afirmó Peña Nieto.

Después habló el candidato a gobernador, reiteró su llamado a la reconciliación. Expresó su confianza en la victoria. Y caía la lluvia. Quienes se quedaron aclamaban a quien es su ídolo

Fidel Samaniego, El Universal, 6 de junio.