Denuncia Hugo Chávez en la ONU la amenaza de un nuevo ciclo de guerras colonialistas

Nueva York, 27 de septiembre. El presidente venezolano, Hugo Chávez, denunció hoy ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la amenaza de un nuevo ciclo de guerras colonialistas iniciado, a su entender, con el conflicto en Libia, en una carta leída por su canciller Nicolás Maduro. En lo inmediato existe una grave amenaza para la paz mundial: el desencadenamiento de un nuevo ciclo de guerras coloniales, que comenzó en Libia, con el siniestro objetivo de darle un segundo aire al sistema-mundo capitalista, leyó Maduro ante representantes de los estados miembros de la ONU reunidos aquí. El venezolano, que no participó este año en la Asamblea General anual de la ONU y se encuentra en tratamiento contra el cáncer, ya había enviado la semana pasada una carta al secretario general Ban Ki-moon pidiendo aprobar la adhesión de Palestina. En esta nueva carta, Chávez retomó su defensa del derecho de los palestinos a tener un Estado representado en la ONU y atacó con virulencia a Estados Unidos, al Consejo de Seguridad y a la organización en su conjunto. Desde el 11 de septiembre de 2001 inició una nueva guerra imperialista que no tiene precedentes históricos: una guerra permanente, a perpetuidad, denunció. ¿Por qué Estados Unidos es el único país que siembra el planeta con bases militares? ¿A qué le teme para tener tan escalofriante presupuesto destinado a aumentar cada vez más su poderío militar? (...) ¿Por qué la ONU no hace nada para detener a Washington?, se preguntó. Washington sabe que el mundo multipolar es una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes, negociando grandes intereses, con sus socios y secuaces, para darle a la multipolaridad el rumbo que el imperio quiera, continuó. En su carta, Chávez atacó otra vez con suma dureza a la ONU y advirtió: Si no asumimos, de una buena vez, el compromiso de refundarla, esta organización perderá definitivamente la poca credibilidad que le queda. Su crisis de legitimidad se acelerará hasta la implosión final. De hecho, así ocurrió con el organismo que fue su antecedente inmediato: la Liga de Naciones, recordó. La Jornada, 28 de septiembre.