Enturbia narco a Michoacán

MORELIA.- Pese a la supuesta calma que se percibe en algunas ciudades de Michoacán, la gente sabe que una buena parte del estado está en manos de grupos del crimen organizado. Cuando pueden, así lo cuentan trabajadores del volante, meseros, boleros, vendedores y hasta estudiantes, no sin antes mirar a los lados, porque no saben en quién pueden confiar. "Nomás no diga que es periodista, porque esos tampoco les gustan aquí, aunque aquí en Morelia es más tranquilo que en otras partes, porque debe saber que hay lugares en donde llegas y luego luego se te acerca alguien, te pregunta a qué vas, a quién buscas, si no les incomoda lo que vas a hacer, te dicen que lo hagas y te vayas, así está la cosa", relata uno de los más de 5 mil taxistas que operan en esta ciudad. Si le piden un servicio hacia Uruapan, lo que considera la entrada a la llamada Región de Tierra Caliente, sólo deja al pasaje y regresa. "Ya de ahí hacia delante de plano le digo a la gente que mejor no voy, para qué le busca uno si ya sabemos que allá mandan aquellos, todos lo saben, hasta el Gobernador (Leonel Godoy), pero nadie hace nada", lamenta el hombre que pide el anonimato. Hacia esa región del estado la gente evita el tema, no lo quieren ni mencionar, sólo los más avanzados de edad aventuran algún comentario. "Pos aquí ya sabemos como está, los de los periódicos saben, todos saben, pero como que nadie puede decirlo", dice un hombre a unas cuadras del parque principal. El escenario no es distinto en la región boscosa aledaña a la capital michoacana. En plena época de campañas por la gubernatura, los resineros de la zona rural de Morelia demandan mayor presencia de las fuerzas federales para acabar con la delincuencia organizada que, en menos de dos años, prácticamente se apropió de este negocio y mantiene bajo amenaza a los pueblos que históricamente viven de la explotación racional de los bosques. "Esa gente, esos que dicen que son Templarios o de La Familia, llegaron con sus camionetas nuevecitas y nos obligan a venderles, y si quieres vender por tu cuenta a la pinera te agarran en la carretera, te quitan los tambos (de resina) y hasta te pueden quitar tu camioneta. Nos tienen así y no tenemos con quién ir. Nomás le tienen miedo a los verdes, a los del Gobierno no", acusa un hombre que vive en las colindancias de Morelia. Creció en la zona rural y creyó que moriría trabajando y sacando adelante a su familia, pero ahora teme hacer lo que sabe ante el crimen organizado. "Antes, hasta el año pasado la resinera, la pinera como le dicen, ya nos pagaba a 17 pesos el kilo (de resina) y pues nos iba bien, hasta nos animaba a trabajar más, pero luego llegaron esas personas y a la de a fuerza hay que venderles a ellos y pagan 12 pesos, nos guste o no", dice. Otro hombre que vive al pie de la carretera de terracería que lleva a las comunidades resineras de Morelia recuerda que hace dos años los grupos del crimen intentaron extorsionar a las factorías que compran y transforman la resina, pero como amenazaron con retirarse del estado antes de darles dinero, se fueron contra los pobladores. En la capital michoacana, la percepción es que la violencia y el crimen organizado son una realidad que acecha, que mantiene sojuzgados a otros municipios y claman porque no llegue a la capital, para que no se repita un hecho como el granadazo que estalló en pleno festejo del Grito de Independencia en 2008. Trabajadores del volante miran por su espejo retrovisor antes de atreverse a hablar de la violencia, del narcotráfico, de los enfrentamientos, del cobro de derecho de piso. En esta parte del país tiene dominio el cártel de la Familia Michoacana y su grupo rival autodenominado Los Templarios. En lo que va del año se han registrado 229 ejecutados en el estado, mientras que el año pasado se reportaron 259 en todo el año. El próximo 13 de noviembre se efectuarán elecciones en la entidad para renovar la gubernatura, 113 alcaldías y 40 diputaciones. Lev García enviado, Reforma, 8 de septiembre.