LA HABANA.- El disidente Guillermo Fariñas cumplió ayer 100 días en huelga de hambre y sed, en medio de una batalla contra una infección bacteriana que ha debilitado su salud y la desconfianza de que el Gobierno cubano cumpla con los compromisos hechos con la Iglesia católica sobre las condiciones de los presos políticos.
"Como no confío en el Gobierno, le pido a Dios que me dé tiempo, 100 días más, para que el mundo se percate de la irracionalidad de los que mandan en Cuba" dijo a REFORMA el opositor, quien está decidido a no deponer la huelga que inició el 24 de febrero para presionar a las autoridades a liberar a 26 presos de conciencia muy enfermos.
"El Gobierno de Raúl Castro puede dar a entender que hace algo y no hacerlo. Y se resiste a las excarcelaciones porque sentarían un precedente que no le conviene", sostuvo vía telefónica. "Para ellos, negociar sobre los presos es una debilidad".
El psicólogo y ex militar cubano se encuentra desde hace 85 días en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Villa Clara, donde es alimentado vía intravenosa.
El mes pasado, altos jerarcas eclesiales en la Isla se reunieron con el Presidente Raúl Castro. Como fruto de este diálogo, el 22 de mayo se anunció que los presos políticos serían trasladados a sus provincias de origen, y los primeros seis movimientos en este sentido se dieron el martes.
Cuestionado por la posibilidad de rebajar sus exigencias para facilitar las gestiones de la Iglesia, Fariñas se mantuvo firme en su reclamo.
"Sólo aceptaría dejar la huelga si liberan a entre 10 y 12 de los más enfermos y las autoridades cubanas comprometen un cronograma con la alta jerarquía católica para excarcelar a los restantes", afirmó.
"Si incumplen el cronograma, ni duden que retomaría la huelga", agregó. "Yo no he dejado de comer y beber para que mejoren las condiciones de algunos presos, sino por las excarcelaciones".
El opositor opinó que los traslados hechos hasta ahora son un paso loable, pero insuficiente.
"El Gobierno no debe usar a los presos de conciencia como piezas de ajedrez. Y digo esto, porque da la casualidad de que los seis presos trasladados son familiares de firmantes de la carta donde se pide a las Damas de Apoyo que no desfilen con las Damas de Blanco, una maniobra del Gobierno para dividir este movimiento de mujeres", externó.
Las Damas de Apoyo son un grupo de unas 80 cubanas que suelen acompañar a las esposas y demás familiares de los presos de conciencia en las manifestaciones que realizan en todo el país.
Según Fariñas la idea de dividir a los dos grupos de Damas fue expresada por el coronel Ernesto Samper de la Seguridad del Estado durante visitas a varias de ellas.
"Pese a todas las maniobras, estas mujeres han demostrado por siete años que saben trabajar con inteligencia y sobreponerse a las dificultades", consideró el disidente.
"Por ahora, sólo queda armarnos de paciencia y esperar", agregó, en referencia a los presos.
"Como no confío en el Gobierno, le pido a Dios que me dé tiempo, 100 días más, para que el mundo se percate de la irracionalidad de los que mandan en Cuba" dijo a REFORMA el opositor, quien está decidido a no deponer la huelga que inició el 24 de febrero para presionar a las autoridades a liberar a 26 presos de conciencia muy enfermos.
"El Gobierno de Raúl Castro puede dar a entender que hace algo y no hacerlo. Y se resiste a las excarcelaciones porque sentarían un precedente que no le conviene", sostuvo vía telefónica. "Para ellos, negociar sobre los presos es una debilidad".
El psicólogo y ex militar cubano se encuentra desde hace 85 días en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Villa Clara, donde es alimentado vía intravenosa.
El mes pasado, altos jerarcas eclesiales en la Isla se reunieron con el Presidente Raúl Castro. Como fruto de este diálogo, el 22 de mayo se anunció que los presos políticos serían trasladados a sus provincias de origen, y los primeros seis movimientos en este sentido se dieron el martes.
Cuestionado por la posibilidad de rebajar sus exigencias para facilitar las gestiones de la Iglesia, Fariñas se mantuvo firme en su reclamo.
"Sólo aceptaría dejar la huelga si liberan a entre 10 y 12 de los más enfermos y las autoridades cubanas comprometen un cronograma con la alta jerarquía católica para excarcelar a los restantes", afirmó.
"Si incumplen el cronograma, ni duden que retomaría la huelga", agregó. "Yo no he dejado de comer y beber para que mejoren las condiciones de algunos presos, sino por las excarcelaciones".
El opositor opinó que los traslados hechos hasta ahora son un paso loable, pero insuficiente.
"El Gobierno no debe usar a los presos de conciencia como piezas de ajedrez. Y digo esto, porque da la casualidad de que los seis presos trasladados son familiares de firmantes de la carta donde se pide a las Damas de Apoyo que no desfilen con las Damas de Blanco, una maniobra del Gobierno para dividir este movimiento de mujeres", externó.
Las Damas de Apoyo son un grupo de unas 80 cubanas que suelen acompañar a las esposas y demás familiares de los presos de conciencia en las manifestaciones que realizan en todo el país.
Según Fariñas la idea de dividir a los dos grupos de Damas fue expresada por el coronel Ernesto Samper de la Seguridad del Estado durante visitas a varias de ellas.
"Pese a todas las maniobras, estas mujeres han demostrado por siete años que saben trabajar con inteligencia y sobreponerse a las dificultades", consideró el disidente.
"Por ahora, sólo queda armarnos de paciencia y esperar", agregó, en referencia a los presos.
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 4 de junio.
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