“Por dedazo, nueve de 12 candidatos priístas”

Desde los espacios del poder, los gobernadores priistas de Oaxaca, Veracruz, Puebla, Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Sinaloa, Quintana Roo e Hidalgo eligieron al candidato a gobernador, mismo que fue sostenido y respaldado al cobijarse con uno de los grupos de poder que componen el partido.

A pesar de que durante las elecciones internas para llegar a la gubernatura, el PRI buscó generar una percepción de unidad, una vez más quedó en evidencia la balcanización de este partido, ya que los gobernadores se impusieron sin importar posibles rupturas.

Ya con las candidaturas definidas desde los gobiernos estatales se buscó la negociación con los tres personajes centrales del tricolor: el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto; la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, y el coordinador de la bancada en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.

En los próximos comicios la corriente de Beltrones es la más favorecida, ya que se vinculan con él a los candidatos de Aguascalientes y Tlaxcala.

El respaldo de los líderes priistas fue evidente y permitió la llegada de los candidatos, ejemplo de ello es Chihuahua, entidad donde el respaldo de Beatriz Paredes al candidato César Duarte se evidenció cuando la presidenta del partido ofreció la aprobación del CEN, luego de una reunión privada con el gobernador.

Duarte se registró como candidato único, mientras que Héctor Murguía, quien se perfilaba como opositor, se sumó al proyecto como coordinador de campaña.

Además es miembro de la Confederación Nacional Campesina, organización que presidió Beatriz Paredes.

El candidato en Durango, Jorge Herrera, también fue candidato de unidad, pero tuvo un rompimiento con su contrincante, pues luego de una reunión con Beatriz Paredes los otros dos candidatos declinaron y José Rosas Aispuro renunció al partido para postularse por la alianza PANPRD y Convergencia. Aispuro acusó al gobernador en turno, José Reyes Baeza, de inclinar la elección hacia su opositor.

En los comicios del 4 de julio hay 2 mil 509 cargos en contienda, de los cuales 12 son para encabezar el Ejecutivo local y 309 diputados locales de mayoría relativa, que de ganarse, definirán los espacios desde donde podrán negociar recursos y posiciones ante las elecciones de 2012.

Los estados representan una población de 31 millones 683 mil 180 personas, es decir, 75 por ciento de los mexicanos que votarán en 2012.

Por ello, en las negociaciones para designar a los políticos que contienden por las posiciones de mayor relevancia no todo fue terso, pues en más de un estado hubo rupturas que llevaron a algunos inconformes a buscar la postulación a través de otros institutos políticos, tal es el caso de Sinaloa y Puebla.

Javier López Zavala, candidato de Puebla, contó con el respaldo de los ex gobernadores Guillermo Jiménez y Melquiades Morales.

En tanto, a Jesús Vizcarra abanderado por Sinaloa se le identifica como uno de los personajes más cercanos al gobernador, participó como secretario de desarrollo económico en la presente administración.

Por ello Mario López, Malova, descalificó el proceso interno y se afilió a la coalición PAN, PRD y Convergencia.

Al otro lado del país, con el candidato en Quintana Roo, Roberto Borge Angulo ha contado con la presencia del gobernador del Estado de México varias veces en la entidad durante la campaña.

La presencia del mexiquense, explica su gente cercana, se debe a la afinidad de este con los proyectos del gobernador actual, Félix González Canto.

Incluso Peña Nieto acudió a uno de los eventos de campaña más numerosos que se realizaron en Cancún, uno de los municipios con más población en el estado.

En la toma de protesta para candidato a la gubernatura de Hidalgo, Beatriz Paredes también estuvo ausente; sin embargo, Francisco Olvera cuenta con la asistencia de Peña Nieto y Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León.

En estados como Puebla, Oaxaca y Veracruz los tres candidatos tienen el apoyo de sus predecesores, de quienes fueron colaboradores cercanos en la administración estatal.

En Veracruz, el candidato Javier Duarte, ha sido colaborador de Fidel Herrera desde 1997, cuando fungía como su secretario particular en la Cámara de Diputados.

Por su parte, Rodolfo Torre Cantú, de Tamaulipas, además de ser hijo de Egidio Torre López, distinguido priista tamaulipeco, también fue secretario de salud del gobierno del estado en la administración de Eugenio Hernández.

Los estados que no cuentan con una designación directa es debido a que el gobierno lo ocupa la oposición, la designación se marca de una manera distinta.

En Aguascalientes, al candidato Carlos Lozano se le vincula con Manlio Fabio Beltrones, debido a su desempeño como vicecoordinador del Senado, cuando la bancada priista es coordinada por el político sonorense.

El senador Beltrones incluso acudió a uno de los actos de campaña del candidato y celebró “la buena línea que llevará el estado”.

El candidato de Tlaxcala, Mariano González Zarur, es respaldado por Beltrones, lo cual puede deberse a su distanciamiento con Paredes, pues en los comicios pasados en la entidad la llamó traidora al no ser electo para contender.

De ahí, que la toma de protesta de González Zarur fue encabezada por un representante de Paredes, no obstante, posteriormente la lideresa se presentó en algunos actos de campaña para hacer un llamado a “desechar las corrientes y las pugnas al interior del partido”.

Por último, Zacatecas cuenta con un candidato con clara influencia de Ricardo Monreal, debido a que Miguel Alonso Reyes fue su secretario particular durante la campaña del perredista al gobierno de Zacatecas.

Aunque ha marcado su distancia en diversas declaraciones y a pesar de que Monreal postuló a su hermano por el PT, aún se le relaciona de manera estrecha con Alonso Reyes.

Miriam Castillo, Milenio, 27 de junio.

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