La candidata de la coalición Transparencia y Honestidad por Tlaxcala, conformada por PRD, PT y Convergencia, al gobierno del estado, Minerva Hernández Ramos, desistió de su aspiración y declinó en favor de la abanderada del PAN, Adriana Dávila Fernández.
Ante los representantes de los medios de comunicación y acompañada por los líderes nacionales del PRD y PAN, Jesús Ortega y César Nava, así como del representante del Diálogo para la Reconstrucción de México, Manuel Camacho Solís, la perredista dio lectura a un documento que llamó “Acuerdo por el cambio y rescate de Tlaxcala”.
Hernández Ramos —quien se distinguió por ser la más acérrima crítica del gobierno estatal y de la abanderada panista— reconoció la necesidad de unir fuerzas y sumar esfuerzos ante el peligro de que el Estado regrese a viejos tiempos superados —en alusión a los priistas.
Tras su dimisión, fundadores del PRD y dirigentes de partidos izquierdistas locales, además de militantes, pidieron que el 4 de julio voten contra Dávila Fernández, además de llamarla traidora y vendida.
Encabezados por los fundadores del sol azteca en Tlaxcala, Narciso Xicoténcatl Rojas y Pedro Palma, los perredistas amagaron con expulsar de su partido a Hernández Ramos por ser una “vergüenza” y haber vendido la causa de las izquierdas a la ultraderecha del panismo.
La declinación se dio luego de que varias encuestas colocaron a la cabeza de las preferencias electorales al candidato de la coalición Unidos por Tlaxcala, integrada por PRI y PVEM, Mariano González Zarur, quien es seguido por la panista Adriana Dávila, dejando en tercer lugar a Minerva Hernández.
Hernández Ramos, nerviosa y a punto de dejar escapar las lágrimas, admitió que la decisión de renunciar a su aspiración de gobernar su tierra natal fue en concordancia con la política nacional.
Su determinación se dio luego de que las dirigencias de los partidos que conforman el DIA —PRD, PT y Convergencia— y el PAN acordaron firmar un documento programático y generacional en el que se incluirán las partes sustantivas del programa de gobierno de la coalición Transparencia y Honestidad por Tlaxcala al proyecto de la panista Dávila Fernández.
Por su parte, Adriana Dávila se comprometió con Hernández Ramos y el PRD a cumplir con el acuerdo programático de cogobernar.
En tanto, la vicepresidenta de la Mesa Directiva Estatal del PRD, Margarita Cisneros, afirmó que el Consejo Estatal de su partido se deslinda de la alianza que su líder nacional, Jesús Ortega, signó con el PAN, ya que se realizó a sus espaldas y fuera de lo que marcan sus estatutos.
Un bumerán
La declinación de Minerva Hernández Ramos es favorable para que el PRI recupere el Palacio de Gobierno, luego de haberlo perdido en las urnas hace 12 años, dijo el candidato de la coalición Unidos por Tlaxcala, integrada por PRI y PVEM, Mariano González Zarur, quien subrayó que la alianza PRD-PAN “es un bumerán que aventaron sin pensarlo bien, que va a regresar y los va a golpear”.
Tlaxcala Adriana Cabrera, Milenio, 27 de junio.
Ante los representantes de los medios de comunicación y acompañada por los líderes nacionales del PRD y PAN, Jesús Ortega y César Nava, así como del representante del Diálogo para la Reconstrucción de México, Manuel Camacho Solís, la perredista dio lectura a un documento que llamó “Acuerdo por el cambio y rescate de Tlaxcala”.
Hernández Ramos —quien se distinguió por ser la más acérrima crítica del gobierno estatal y de la abanderada panista— reconoció la necesidad de unir fuerzas y sumar esfuerzos ante el peligro de que el Estado regrese a viejos tiempos superados —en alusión a los priistas.
Tras su dimisión, fundadores del PRD y dirigentes de partidos izquierdistas locales, además de militantes, pidieron que el 4 de julio voten contra Dávila Fernández, además de llamarla traidora y vendida.
Encabezados por los fundadores del sol azteca en Tlaxcala, Narciso Xicoténcatl Rojas y Pedro Palma, los perredistas amagaron con expulsar de su partido a Hernández Ramos por ser una “vergüenza” y haber vendido la causa de las izquierdas a la ultraderecha del panismo.
La declinación se dio luego de que varias encuestas colocaron a la cabeza de las preferencias electorales al candidato de la coalición Unidos por Tlaxcala, integrada por PRI y PVEM, Mariano González Zarur, quien es seguido por la panista Adriana Dávila, dejando en tercer lugar a Minerva Hernández.
Hernández Ramos, nerviosa y a punto de dejar escapar las lágrimas, admitió que la decisión de renunciar a su aspiración de gobernar su tierra natal fue en concordancia con la política nacional.
Su determinación se dio luego de que las dirigencias de los partidos que conforman el DIA —PRD, PT y Convergencia— y el PAN acordaron firmar un documento programático y generacional en el que se incluirán las partes sustantivas del programa de gobierno de la coalición Transparencia y Honestidad por Tlaxcala al proyecto de la panista Dávila Fernández.
Por su parte, Adriana Dávila se comprometió con Hernández Ramos y el PRD a cumplir con el acuerdo programático de cogobernar.
En tanto, la vicepresidenta de la Mesa Directiva Estatal del PRD, Margarita Cisneros, afirmó que el Consejo Estatal de su partido se deslinda de la alianza que su líder nacional, Jesús Ortega, signó con el PAN, ya que se realizó a sus espaldas y fuera de lo que marcan sus estatutos.
Un bumerán
La declinación de Minerva Hernández Ramos es favorable para que el PRI recupere el Palacio de Gobierno, luego de haberlo perdido en las urnas hace 12 años, dijo el candidato de la coalición Unidos por Tlaxcala, integrada por PRI y PVEM, Mariano González Zarur, quien subrayó que la alianza PRD-PAN “es un bumerán que aventaron sin pensarlo bien, que va a regresar y los va a golpear”.
Tlaxcala Adriana Cabrera, Milenio, 27 de junio.
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