LA HABANA (Notimex).— El líder cubano Fidel Castro consideró ayer que continúan vigentes sus denuncias de hace medio siglo sobre lo que llamó “agresividad” de Estados Unidos que, en su criterio, “no descansará en sus esfuerzos” para destruir la Revolución de Cuba.
Castro, de 84 años, pronunció un discurso, primero leído y luego improvisado, de poco más de una hora ante unos 20 mil simpatizantes congregados frente al antiguo Palacio Presidencial en esta capital.
Desde ese mismo lugar, hace 50 años, anunció la creación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), considerados los “ojos y oídos” de la Revolución cubano. De pie y con uniforme y gorra verde olivos, el ex presidente cubano dijo que los CDR han cumplido y seguirán cumpliendo la promesa de mantener a raya a los enemigos del régimen socialista implantado hace 50 años.
La mayor parte de su alocución la dedicó a citar párrafos textuales del discurso que pronunció hace cinco décadas cuando regresó de Nueva York, tras hablar seis horas ante la Asamblea General de Naciones Unidas y en el que fustigó al gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, Castro aprovechó para referirse al final al actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como “el caballerito” que está en la Casa Blanca y asegurar que la principal amenaza para los estadounidenses es “su propio gobierno”.
Según Castro, quien viene insistiendo en la posibilidad de una guerra nuclear en el Medio Oriente, Washington es el único que puede desatar una guerra y “todo lo que hacen (sus dirigentes) conduce a una guerra”, dijo.
Los CDR, que cuentan con 8 millones 800 mil afiliados, surgieron para vigilar en cada barrio a quienes el gobierno cubano consideraba sus adversarios, pero después se dedicaron a otras tareas como recoger materias primas, donaciones de sangre y apoyo a la economía.
Del discurso del 28 de septiembre de 1960, Castro repitió el concepto que emitió luego de escucharse en los alrededores de la tribuna el estruendo de petardos colocados por “agentes imperialistas”.
“Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, qué hace el que vive en la manzana”, aseveró Castro en esa ocasión. Críticos del gobierno consideraron desde entonces que se trataba de una estructura de control social, para reprimir a la disidencia y, como dicen ahora los opositores, “violar los derechos humanos”.
El coordinador nacional de los CDR, Juan José Rabilero, quien habló antes que Castro, prometió que su organización luchará para preservar el “carácter socialista” de Cuba ante los supuestos esfuerzos de Estados Unidos por convertir a la isla en “una neocolonia yanqui”.
Castro, de 84 años, pronunció un discurso, primero leído y luego improvisado, de poco más de una hora ante unos 20 mil simpatizantes congregados frente al antiguo Palacio Presidencial en esta capital.
Desde ese mismo lugar, hace 50 años, anunció la creación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), considerados los “ojos y oídos” de la Revolución cubano. De pie y con uniforme y gorra verde olivos, el ex presidente cubano dijo que los CDR han cumplido y seguirán cumpliendo la promesa de mantener a raya a los enemigos del régimen socialista implantado hace 50 años.
La mayor parte de su alocución la dedicó a citar párrafos textuales del discurso que pronunció hace cinco décadas cuando regresó de Nueva York, tras hablar seis horas ante la Asamblea General de Naciones Unidas y en el que fustigó al gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, Castro aprovechó para referirse al final al actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como “el caballerito” que está en la Casa Blanca y asegurar que la principal amenaza para los estadounidenses es “su propio gobierno”.
Según Castro, quien viene insistiendo en la posibilidad de una guerra nuclear en el Medio Oriente, Washington es el único que puede desatar una guerra y “todo lo que hacen (sus dirigentes) conduce a una guerra”, dijo.
Los CDR, que cuentan con 8 millones 800 mil afiliados, surgieron para vigilar en cada barrio a quienes el gobierno cubano consideraba sus adversarios, pero después se dedicaron a otras tareas como recoger materias primas, donaciones de sangre y apoyo a la economía.
Del discurso del 28 de septiembre de 1960, Castro repitió el concepto que emitió luego de escucharse en los alrededores de la tribuna el estruendo de petardos colocados por “agentes imperialistas”.
“Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, qué hace el que vive en la manzana”, aseveró Castro en esa ocasión. Críticos del gobierno consideraron desde entonces que se trataba de una estructura de control social, para reprimir a la disidencia y, como dicen ahora los opositores, “violar los derechos humanos”.
El coordinador nacional de los CDR, Juan José Rabilero, quien habló antes que Castro, prometió que su organización luchará para preservar el “carácter socialista” de Cuba ante los supuestos esfuerzos de Estados Unidos por convertir a la isla en “una neocolonia yanqui”.
El Universal, 29 de septiembre.
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