En el mismo, el presidente de la Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero, Primitivo Rodríguez, advirtió también que en México hay una “verdadera guerra contra los migrantes”, que ha dejado más víctimas que el conflicto bélico de Irak.
En la mesa, en la que también participaron la directora de la Casa del Migrante San Juan Diego, Guadalupe Calzada, y Camilo Pérez Bustillo, del Foro Mundial Alternativo de los Pueblos en Movimiento, los ponentes dieron un panorama de la serie de violaciones que se están cometiendo en nuestro país contra los inmigrantes; analizaron el caso de los 72 asesinados en Tamaulipas e hicieron ver que el problema es mucho más severo.
En esta mesa se tocó la hipótesis de que la persecución en México a estos migrantes es ordenada desde Estados Unidos para hacer el trabajo sucio al gobierno de aquel país y se planteó la necesaria solidaridad de organizaciones de derechos humanos y civiles con estas personas en tránsito por nuestro país.
Alejandro Solalinde, quien en 2007 creo un refugio para migrantes denominado Hermanos en el Camino, y que ha sido víctima de hostigamiento e incluso de ataques de organizaciones xenófobas que lo han amenazado con incendiar su centro, señaló que la delincuencia organizada en Oaxaca ha hecho del istmo de Tehuantepec un gran centro de explotación de la industria del cachuco, que es la forma despectiva en que se denomina a los inmigrantes centroamericanos.
La insistencia de explotar al migrante de la forma que sea ha sido vigente desde hace varios años, sostuvo, y analizó los diferentes actores que inciden en que este fenómeno social inhumano esté creciendo como los narcotraficantes y en general la delincuencia organizada, pero también el involucramiento en esta situación de autoridades estatales, municipales y federales, “y todo por dinero, que es ahora el moderno dios que todos siguen”.
Por su parte, Primitivo Rodríguez planteó que hay una guerra contra los migrantes en nuestro país, más mortífera, en términos de números, que en Irán e Irak. De 1994 a la fecha, con el cierre de la frontera estadunidense, han muerto a consecuencia de ello en México y en la frontera sur a causa de la persecución de los migrantes más de 10 mil hombres, mujeres y niños centroamericanos, ya que eso agudizó la persecución y los abusos hacia estas personas.
A su vez, Guadalupe Calzada Sánchez, conocida como “la madre de los migrantes”, quien tiene en Lechería un centro de apoyo a las personas en tránsito, apuntó que en México los indocumentados no tienen voz, son invisibles y las violaciones que se cometen contra ellos quedan en el olvido; sufren maltrato, humillaciones, indiferencia cruel y asesinatos sin que haya inculpados. Pidió apoyo de la sociedad civil para mantener estos refugios, ya que no se quiere aceptar ayuda económica oficial porque se perdería el sentido de estas casas.
Camilo Pérez Bustillo, por su parte, llamó a diversas acciones, en primer término habló sobre el Tribunal Internacional de Conciencia y el Foro Mundial Alternativo de los Pueblos en Movimiento que se realizará en nuestro país durante noviembre de 2010 y alrededor de los cuales se desplegará una actividad de análisis y denuncia de estos hechos. Asimismo dijo que el trabajo en la defensa de los derechos de las personas en tránsito es muy arduo, ya que incluso naciones como Francia han iniciado una persecución de migrantes gitanos que va no sólo contra los derechos humanos, sino incluso contra el avance de la civilización.
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