El ex presidente Fidel Castro afirmó ayer que “el capitalismo no tiene nada de ético”, al hablar ante unos 20 mil cubanos por el aniversario 50 de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), aunque no se refirió a los cambios en curso en la isla, principal preocupación nacional por el despido de medio millón de empleados públicos, en un período que durará hasta marzo próximo.
Vistiendo de completo con uniforme militar verde olivo, esta vez con una estrella en la gorra, Fidel Castro dedicó media hora a releer el discurso que pronunció en la creación de los CDR en 1960 y otros 35 minutos improvisó sobre la “necesidad de crear conciencia” en el mundo para impedir una guerra nuclear.
“Esto es algo por lo cual vale la pena esforzarse”, dijo en la segunda ocasión que habla en un acto público, desde que enfermó en 2006 y entregó el mando del país a su hermano menor, el presidente Raúl Castro.
El líder cubano hizo un recuento de “las agresiones” a la isla por parte del gobierno de Estados Unidos y del giro que dio la correlación de fuerzas en el mundo tras el lanzamiento de dos bombas nucleares, estadunidenses, contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki hace 65 años.
Paralelamente, el matutino Granma dedicó dos, de sus ocho páginas, a explicar los procedimientos de seguridad social que acompañarán al anunciado despido masivo. El diario afirmó que el proceso de cambios en curso “no se trata de nada festinado ni improvisado, sino de una estrategia” para modernizar el socialismo.
“Nuestra economía tiene que ser, y podemos hacerla eficiente”, dijo el periódico y agregó que en la isla hay “entidades laborales con más custodios (personal de seguridad) que trabajadores de su actividad productiva”, 50 por ciento de las tierras cultivables “están sin explotar”, y el Estado debe dedicar mil 500 millones de dólares anuales a la importación de alimentos.
Uno de los objetivos de de los cambios es que “80 por ciento de los trabajadores” estén vinculados a la producción o a los servicios, dijo Granma. Citó además al ministro de Economía, Marino Murillo, quien anunció que podría haber aumentos de salarios después de los despidos y “la eliminación de subsidios excesivos y gratuidades indebidas”.
La Habana • Manuel Juan Somoza, Milenio, 29 de septiembre.
Vistiendo de completo con uniforme militar verde olivo, esta vez con una estrella en la gorra, Fidel Castro dedicó media hora a releer el discurso que pronunció en la creación de los CDR en 1960 y otros 35 minutos improvisó sobre la “necesidad de crear conciencia” en el mundo para impedir una guerra nuclear.
“Esto es algo por lo cual vale la pena esforzarse”, dijo en la segunda ocasión que habla en un acto público, desde que enfermó en 2006 y entregó el mando del país a su hermano menor, el presidente Raúl Castro.
El líder cubano hizo un recuento de “las agresiones” a la isla por parte del gobierno de Estados Unidos y del giro que dio la correlación de fuerzas en el mundo tras el lanzamiento de dos bombas nucleares, estadunidenses, contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki hace 65 años.
Paralelamente, el matutino Granma dedicó dos, de sus ocho páginas, a explicar los procedimientos de seguridad social que acompañarán al anunciado despido masivo. El diario afirmó que el proceso de cambios en curso “no se trata de nada festinado ni improvisado, sino de una estrategia” para modernizar el socialismo.
“Nuestra economía tiene que ser, y podemos hacerla eficiente”, dijo el periódico y agregó que en la isla hay “entidades laborales con más custodios (personal de seguridad) que trabajadores de su actividad productiva”, 50 por ciento de las tierras cultivables “están sin explotar”, y el Estado debe dedicar mil 500 millones de dólares anuales a la importación de alimentos.
Uno de los objetivos de de los cambios es que “80 por ciento de los trabajadores” estén vinculados a la producción o a los servicios, dijo Granma. Citó además al ministro de Economía, Marino Murillo, quien anunció que podría haber aumentos de salarios después de los despidos y “la eliminación de subsidios excesivos y gratuidades indebidas”.
La Habana • Manuel Juan Somoza, Milenio, 29 de septiembre.
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