'Pensé que el coyote lo había matado'

MONTERREY.- La última que vez que la hondureña Olga Marina Hernández vio a su hijo fue en el 2006 cuando le avisó que se volvería a ir a Estados Unidos.

Recibió una llamada de él para informarle que ya estaba en Nuevo Laredo y necesitaba dinero para cruzar.

De ahí, Olga ya no supo más.

La desesperación la impulsó a integrarse en el 2011 a la Caravana de Madres Centroamericanas en Busca de sus Hijos Desaparecidos en Tránsito por México, este año con el lema "Liberando la esperanza".

Ayer, a bordo de dos autobuses, las 37 mamás que integran el grupo arribaron a Escobedo, Nuevo León, a la Iglesia Cristo Vive donde fue el encuentro de Olga con su hijo Gabriel Salmerón, de 31 años.

Con lágrimas en los ojos, las otras mujeres de la caravana vieron ese abrazo con la esperanza de que un día serán ellas las que abracen a sus hijos.

Son hondureñas, salvadoreñas, nicaragüenses y guatemaltecas. Abandonaron su vida y ahora llevan colgando la foto de su hijo o hija en el cuello.

"Pensaba que lo habían matado porque un coyote me engañó, me habló para pedirme dinero y le envíe dos mil dólares y ya no supe nada de él", expresó Olga, de 52 años.

Gabriel partió a Estados Unidos a los 16 años en busca del sueño americano y desde el 2006 está en México porque no pudo volver a cruzar.

Relató que no puede recordar bien las fechas, pero aquí se inició en el consumo de drogas y el robo hasta que hace tres años se internó en el centro de rehabilitación de la Iglesia cristiana Cristo Vive.

Se enteró que su madre lo buscaba en la caravana por una amiga.

"Hace seis años empecé en las drogas, aquí en México, y mi familia ya no supo nada de mí. Y hace tres años entré a la iglesia y ellos me ayudaron a seguir por el camino bueno", dijo Salmerón, para quien volver a ver a su made es un premio por el cambio que ha tenido.

Con este caso, la esperanza revivió para la salvadoreña Mercedes Moreno, quien hace 21 años tuvo el último contacto telefónico con su hijo José Leonías.

Lo último que Leonías le dijo fue que el "coyote" lo había dejado en el Distrito Federal y desde entonces no ha sabido nada más de él.

"Debe de tener 45 años, he dejado todo para buscarlo", comentó la mujer, quien cargaba la última foto que le tomó a su hijo en 1988.

"Los coyotes hacen una tragedia con los migrantes al subirlos a la 'bestia', es un negocio que ha dejado muchísimo dinero y nadie lo ha parado".

Jorge Luis Cardono Valdez, arquitecto nicaragüense, intentó por segunda ocasión cruzar a Estados Unidos hace 6 años 5 meses, y desde ese entonces su mamá no sabe de él.

"Pienso que lo tienen preso en Estados Unidos, no he parado de buscarlo", dijo su mamá Ana María Valdivia Moreno, quien con lágrimas en los ojos aseguró no perder la fe de que su hijo, de 39 años, esté con vida.

La caravana partió ayer a Saltillo. El grupo recorrerá 14 estados y concluirá el 3 de noviembre.

La caravana ha visitado las zonas más peligrosas para los migrantes en su paso por México.

El grupo pasó por San Fernando, donde en agosto de 2010 aparecieron muertos 72 migrantes asesinados, según las autoridades, por el cartel de Los Zetas.

 
 
 
Tarea titánica
 
La caravana que busca migrantes desaparecidos estará este fin de semana en Coahuila y el lunes parte a SLP.

140,000 centroamericanos ingresan en México de manera ilegal cada año para llegar a EU, según cifras oficiales.

18,000 migrantes son secuestrados al año en México para pedir rescate a sus familias, estima HRW.

70,000 migrantes desaparecidos en este sexenio reporta el Movimiento Migrante Mesoamericano.

Imelda Hernández corresponsal, Reforma, 20 de octubre.

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