Amnistía Internacional (AI) expresó su temor por la seguridad del director de Radio Mixteca, Melchor López, quien ha sido amenazado de muerte, y exigió al gobierno mexicano que garantice su protección, así como la de los trabajadores de la emisora La voz que rompe el silencio, de San Juan Copala, Oaxaca.
También solicitó a las autoridades que se realice una investigación exhaustiva, inmediata e imparcial sobre el asesinato de las locutoras Felícitas Martínez y Teresa Bautista, el pasado 7 de abril.
Señaló que las autoridades “tienen el deber de garantizar que los responsables de los ataques contra los trabajadores de los medios de comunicación rindan cuentas de sus actos, para así prevenir futuras agresiones y crear un clima en el que los periodistas puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión, sin temor a represalias”.
En un llamamiento mundial, AI expresó su preocupación por la seguridad de quienes trabajan en La voz que rompe el silencio, a raíz del asesinato de las jóvenes locutoras, el pasado 7 de abril.
“Las dos mujeres indígenas trabajaban para la emisora comunitaria local La voz que rompe el silencio, una radio cuyos trabajadores habían recibido numerosas amenazas de muerte desde que empezó sus transmisiones en enero de 2007. Las cuatro personas que trabajan en la emisora, así como otras que prestan asistencia técnica a la red de la radio comunitaria de la región, corren también peligro”, alertó.
Amnistía Internacional, una organización civil con sede en Londres, señaló que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó medidas cautelares de protección para el personal de esa emisora, “pero el gobierno aún no ha atendido esa petición”.
El caso de Melchor Ocampo, director de Radio Mixteca, comenzó en abril de 2007 cuando inició sus transmisiones en la comunidad de Santiago Juxtlahuaca. Desde esa fecha ha recibido amenazas de muerte, y el 17 de abril pasado tuvo que salir de Oaxaca y refugiarse en el Distrito Federal porque su casa fue baleada.
AI identificó a la zona mixteca, especialmente a la región triqui, como una de las “más pobres y conflictivas del país”.
También solicitó a las autoridades que se realice una investigación exhaustiva, inmediata e imparcial sobre el asesinato de las locutoras Felícitas Martínez y Teresa Bautista, el pasado 7 de abril.
Señaló que las autoridades “tienen el deber de garantizar que los responsables de los ataques contra los trabajadores de los medios de comunicación rindan cuentas de sus actos, para así prevenir futuras agresiones y crear un clima en el que los periodistas puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión, sin temor a represalias”.
En un llamamiento mundial, AI expresó su preocupación por la seguridad de quienes trabajan en La voz que rompe el silencio, a raíz del asesinato de las jóvenes locutoras, el pasado 7 de abril.
“Las dos mujeres indígenas trabajaban para la emisora comunitaria local La voz que rompe el silencio, una radio cuyos trabajadores habían recibido numerosas amenazas de muerte desde que empezó sus transmisiones en enero de 2007. Las cuatro personas que trabajan en la emisora, así como otras que prestan asistencia técnica a la red de la radio comunitaria de la región, corren también peligro”, alertó.
Amnistía Internacional, una organización civil con sede en Londres, señaló que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó medidas cautelares de protección para el personal de esa emisora, “pero el gobierno aún no ha atendido esa petición”.
El caso de Melchor Ocampo, director de Radio Mixteca, comenzó en abril de 2007 cuando inició sus transmisiones en la comunidad de Santiago Juxtlahuaca. Desde esa fecha ha recibido amenazas de muerte, y el 17 de abril pasado tuvo que salir de Oaxaca y refugiarse en el Distrito Federal porque su casa fue baleada.
AI identificó a la zona mixteca, especialmente a la región triqui, como una de las “más pobres y conflictivas del país”.
Nota de Liliana Alcántara, El Universal, 30 de abril.
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