Paras degollaban “al son de tambores”

En su edición digital, el diario El Tiempo recogió ayer el testimonio ante la Fiscalía del ex jefe paramilitar Uber Enrique Bánquez, Juancho Dique, quien confesó que mientras mataban a la gente “tocaban gaitas y tambores para entretenerse. Lo que voy a decir es muy duro, pero es bueno contarlo. A algunas de las víctimas de la masacre de El Salado las colgaron con cáñamos en los árboles y las mataron con bayoneta”, relató. Bánquez agregó que “mientras mataban, los otros, de puro ocio, tocaban gaitas, tamboras y violines. Eso fue durante la masacre que duró entre tres o cuatro horas” y en la que fueron asesinadas unas 100 personas. La incursión del grupo paramilitar ocurrió en febrero de 2000 y fue atribuida al Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), al mando de Rodrigo Tovar, Jorge 40.

Aunque en principio se habló de 38 personas asesinadas, la mayoría decapitadas, la Fiscalía concluyó en junio de 2008 que en el caserío norteño de El Salado las víctimas llegaron a 100. Según testigos, los paramilitares desmembraron y torturaron a los pobladores con motosierras y maderos, mientras saqueaban el pueblo y jugaban futbol con las cabezas de los degollados. Las AUC, en proceso de desarme, son acusadas por grupos humanitarios de matar a más de 16 mil civiles en su guerra de más de 20 años contra las fuerzas insurgentes de izquierda.

Notimex en Bogotá, Milenio, 31 de julio.