El pasado 16 de diciembre, al menos 200 migrantes de diversas nacionalidades que viajaba de forma ilegal en un tren de carga de Arriaga, Chiapas a Ixtepec, Oaxaca, fueron asaltados por un grupo de 10 hombres vestidos de negro y con armas.
Según los testigos que lograron huir, el comando se llevó a 40 de sus compañeros.
Fuentes ministeriales indicaron que en las declaraciones de migrantes que lograron escapar del secuestro colectivo, refieren que gente uniformada, a quienes identifican como autoridades de "Migración" y de la "Policía" (no se especifica si estatales o municipales), protegieron al grupo armado que perpetraron los levantones de indocumentados en Oaxaca.
Los migrantes rindieron su declaración en calidad de testigos ante la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), ante la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Indocumentados y Órganos, de acuerdo con fuentes de la PGR.
El pasado miércoles, 13 indocumentados que lograron escapar del plagio, fueron alojados en la Estación Migratoria de Las Agujas, ubicada en Iztapalapa, donde fueron visitados personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
No obstante, no se informó oficialmente si el total de migrantes declararon en la SIEDO.
El jueves, el vocero de la PGR, Ricardo Nájera, dijo que la previsión era que el Instituto Nacional de Migración sólo pusiera a dos de los indocumentados a disposición del Ministerio Público.
"El total de migrantes declararon ante la SIEDO y ya están a disposición de Migración", aseguró por su parte una fuente de la PGR.
El asalto al tren se llevó a cabo luego de que hombres armados frenaron la locomotora por medio de obstáculos y con ayuda de los maquinistas, de acuerdo con los testimonios.
Luego de ser asegurados por personal de Migración, los 13 centroamericanos también comparecieron ante agentes de ese organismo gubernamental.
Personal migratorio que estuvo presente durante parte del tiempo que duró la comparecencia señaló que los testimonios no coincidían entre sí y que no se podría armar una misma historia con lo que relataron.
"No todos coinciden, se les desfasa, las vestimentas, la forma en que dicen que sucedieron los hechos. Unos te dicen que eran 20, 30 (los que se llevaron), no hay continuidad", indicó uno de ellos el jueves.
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