Venezuela, expectante ante cita electoral

CARACAS.— “¿Qué pasa si ganamos?” La pregunta tiene la carga justa de esperanza y duda. La que la formula es Jenny F, en un puesto de propaganda electoral de Henrique Capriles, candidato opositor a la presidencia venezolana, en pleno municipio de Chacao. Pero se la hacen millones de venezolanos dispuestos a votar por la oposición porque, como dice Ismael Rodríguez, vendedor originario de Sábana Grande, “no se puede tener siempre el mismo presidente, necesitamos un cambio”.

La duda crece con la tensión. El propio Rodríguez es elocuente cuando dice que “aquí en Caracas es muy difícil encontrar quien vaya a votar por (Hugo) Chávez, pero yo no me hago a la idea de ver a Chávez entregando el poder por las buenas”. El temor a incidentes y a una crisis postelectoral está latente, máxime si es la oposición la que rompe todas las encuestas y Capriles termina con el reinado de Chávez. Por eso Ismael se deja llevar por su convicción de que el presidente no aceptaría un resultado adverso.

A escasos 300 metros del puesto de Capriles hay una carpa chavista. En El Recreo, una “niña” de apenas 19 años arenga con un megáfono rojo como su playera y su cachucha a defender el poder de la revolución y las conquistas populares”, pero ya a esa hora la ciudad presenta el peor de sus cuadros cotidianos. Los embotellamientos de tránsito, la falta de vías alternativas y un camión que emite la música a todo lo que da con una salsa que moviliza a los seguidores de Capriles, quien el domingo cerró su campaña aquí, en la capital, con un multitudinario acto.

El jueves será el turno del presidente Chávez, quien ayer estuvo en Yaritagua, estado de Yaracuy, donde se comprometió “a después del 7 de octubre ser un mejor presidente para el próximo período. No les voy a fallar”. Apeló a la experiencia acumulada en estos años, y prometió “solucionar hasta los problemas más pequeñitos que aquejen al pueblo”.

Por su parte, Capriles pasó ayer por Barcelona (estado de Anzoategui) y pidió que “no se vote al candidato que regaló los recursos del país”. “Los que se distanciaron son los que gobiernan, los que agarraron otro rumbo son los del gobierno. Sus sueños de ustedes son siempre los míos y juntos lo vamos a lograr”.

Hasta mañana se permiten actos y proselitismo en los medios. Las encuestas ya no se dan a conocer oficialmente en el país, pero ayer uno de los consultores que midió a la opinión pública hasta el pasado viernes habló de “un ajustado triunfo de Chávez, ante un Capriles que remonta”.

A lo largo de la ciudad, por cada publicidad de la oposición aparecen 12 del oficialismo. Tal vez sean esos datos lo que hicieron aparecer a Chávez en los últimos días más moderado, más medido en sus palabras y hasta reconociendo algunos errores. “Allí están las grabaciones de televisión cuando en 1998 decía que no sería socialista, que no sería un dictador y que respetaría a las minorías. Yo lo pasaría esto en cadena nacional para que la gente comprenda por qué la autocrítica, ahora, a días de las elecciones no sirve”, se ofusca Antonio Bernal, estudiante avanzado de abogacía, mientras muestra en su ordenador algunos videos de Youtube con un Chávez mucho más joven, mucho más delgado y aún dentro de las formas democráticas.

Así está Venezuela, dudando de lo que pueda pasar y con los candidatos tratando de convencer a todo el mundo.

José Vales enviado, El Universal, 3 de octubre.