Científicos, excluidos del debate energético

En torno al debate sobre la reforma del sector energético, académicos, científicos e investigadores coinciden en que han sido excluidos de éste, en el que autoridades gubernamentales continúan con la histórica actitud de inclusión aparente y simuladas diplomacias.

“No existe inclusión y cuando la hay sólo es para tomar consensos aparentes, utilizan nuestra opinión para desecharla a la basura”, señaló Benjamín García Páez, académico de la Facultad de Economía de la UNAM.

Agregó que las valoraciones técnicas y socioeconómicas sobre el tema del petróleo seguirán siendo escuchadas por “oídos sordos” y que al momento de tomarlos en cuenta sólo serán un mero acto diplomático.

Por su parte, Abraham Medina Ovando, especialista en flujo de petróleo del Instituto Politécnico Nacional, refirió que es complicado que la voz de la comunidad científica sea escuchada y que si bien manifiestan sus perspectivas es de manera restringida y no oficial.

“La inmediatez a la que están acostumbrados para resolver problemas en Pemex restringe una discusión amplia, sin embargo esta vez la situación obliga hacer deliberaciones de las que debemos de formar parte. Las apariencias y los falsos debates ya no tienen lugar”.

A decir de Gerardo Bazán Navarrete, jefe del Programa Universitario de Energía de la UNAM, las autoridades deben tomar en cuenta las sugerencias del sector académico debido a que aquellos que se encargan de tomar las decisiones importantes no siempre cuentan con conocimientos reales sobre la problemática energética que enfrenta el país.

“Las asesorías de aquellos que tienen experiencia en el sector son fundamentales para enriquecer conceptos, porque hasta ahora las hipótesis falsas sólo han generado resultados de igual envergadura”, agregó el académico, quien tiene una trayectoria de 34 años en Pemex.

PARA TOMARSE EN CUENTA.
Los académicos de la UNAM coincidieron en que la opción ideal para debatir y consensuar la reforma energética es delegarla a un órgano autónomo en el que concurran científicos, empresarios e intelectuales, entre otros actores, para aislar los intereses políticos-económicos.

“Sin embargo llegar a este nivel democrático en el país es muy difícil, auque sea el más adecuado en un ambiente tan mediatizado y confuso. No cabe duda que decisiones tan importantes se revolverían más expeditas en otros países, en México estamos tan lejos de ello”, puntualizó García Páez.

“Lo que no necesita debate es la idea de que la industria petrolera del país se privatice, eso nunca tendrá lugar, es indiscutible”.

Además, Medina Ovando, quien fue galardonado en 2007 con el Premio Jorge Lomnitz Adler 2007 —por sus investigaciones sobre convección térmica y penetración capilar de fluidos— apuntó que frente a la discusión sobre la exploración de aguas profundas, México no tiene más tiempo que perder.

Dijo que aunque el país no cuenta con la infraestructura para su exploración y explotación, podría aprender de las experiencias en otros países en un lustro y comenzar a operar dentro de 10.
“Sin embargo tendría que ser con empresas estatales de otros países, para que la interacción sea entre naciones y evitar el conflicto de intereses que provocaría hacerlo con privadas”, comentó.

En cuanto al tema de las refinerías apuntó que no cabe duda que el país debería implementarlas, pues existe capacidad para que éstas sean estatales. “De permitir a la industria privada es seguro que la nación no se verá beneficiada en un 100 por ciento, porque la virtud de los primeros no es ser nacionalistas”.
Nota de Isaac Torres Cruz, Crónica, 13 de abril.

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