Cuba explora, produce y refina, en sociedad

Cuba no solo le pone el ejemplo a Pemex en nuevos esquemas en exploración y producción de hidrocarburos, sino que también en refinación y distribución de combustibles.

En diciembre del año pasado se dio la conformación de una empresa mixta entre Cuba y Petróleos de Venezuela (PDVSA), correspondiente a 51 y 49% respectivamente de los activos de la Refinería Cienfuegos.

Contrario a ello, en México permanece el monopolio de Pemex con serias deficiencias en la producción de petrolíferos y con una limitada capacidad de distribución, porque de acuerdo con la paraestatal y la Secretaría de Energía, la infraestructura está saturada y pone en riesgo la seguridad en el suministro.

En Cuba, la refinería Cienfuegos se reinauguró con una capacidad de procesamiento de crudo de 65,000 barriles diarios y requirió la inversión de más de 166 millones de dólares, dándole a la isla la capacidad para refinar parte de los 100,000 barriles diarios que recibe de Venezuela.

De acuerdo con el documento "Cuba a la OPEP, la Cuarta refinería", la reactivación de esta industria ha tomado gran importancia en los últimos años con las recientes estimaciones de recursos prospectivos en aguas profundas.

Cuba contaba ya en los años 90 con amplias facilidades portuarias e interconexión mediante un oleoducto de 167 kilómetros de longitud y 531 milímetros de diámetro a la terminal marítima de supertanqueros de la ciudad de Matanzas, capaz de recibir buques de hasta 150,000 toneladas. Sin embargo, esta industria nunca llegó a procesar cantidades significativas de crudo.

La primera refinería de petróleo en Cuba fue construida por Standard Oil de Nueva Jersey (ESSO) hacia el año 1890 en la localidad de Regla, municipio capitalino situado al este de la bahía de La Habana.

En sus inicios solo procesaba unos 8,000 barriles de crudo y así permaneció hasta la década de 1950 en que sus capacidades fueron ampliadas hasta permitir un procesamiento de 35,000 barriles diarios.

En 1957 la angloholandesa Shell estrenó, también en la localidad de Regla y muy cerca de la anterior, una refinería con capacidad de procesar hasta 28,500 barriles diarios.

Ese mismo año, Texaco inauguró otra planta refinadora en Santiago de Cuba con capacidad de 20,000 barriles diarios.

Se instalaron otras refinerías menores entre las que destaca la situada en Cabaiguán (centro del país), con capacidad de 2,000 barriles diarios.

Todas las refinerías situadas en suelo cubano fueron nacionalizadas en 1960 luego de que sus dueños se negaran a procesar el crudo que recién comenzaba a llegar procedente de la Unión Soviética.
Nota de Margarita Palma Gutiérrez, El Economista, 21 de abril.

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